miércoles, 11 de octubre de 2017

TRINIDAD PACHECO ANDÍA Y LA HISTORIA DE MEJIA

Entre los libros que adquirí de una vieja biblioteca,  de Edilberto Zegarra Ballón, fundador del diario arequipeño "El Pueblo", encontré un folleto casi olvidado por los años titulado “Historia del balneario de Mejía. Con varias instrucciones saludables para tomar con provecho los baños de mar” (como epígrafe), que escribiera Trinidad Pacheco Andía. Pero ¿Quién es este personaje y porque escribió este pequeño libro?,  vemos a continuación la historia de este opúsculo y su autor.   
      
TRINIDAD PACHECO ANDÍA

TRINIDAD PACHECO ANDÍA
Trinidad Pacheco Andia, nació en 1835 en Arequipa, militar de profesión, a los 20 años ya tenía el grado de Teniente por su actuación en la batalla de La Palma, cuando Ramón Castilla sitió la “ciudad Blanca” en 1855; a los dos años siguientes ascendió a Capitán, grado alcanzado por su desempeño en la batalla de Yumina, bajo
las ordenes del Mariscal San Román; posteriormente fue promovido, por Ramón Castila, a Mayor del Ejercito en merito a su labor en la guerra con el Ecuador;  y por su participación en el combate del 2 de mayo de 1866, se hizo merecedor del grado de Teniente Coronel, y por tal razón, el Congreso de la Republica lo declaro Benemérito a la Patria.

Pacheco Andia no solamente forjó una carrera militar también construyó vida académica e intelectual; en agosto de 1866 fue nombrado profesor de las áreas de: Sicología, Lógica y Moral; de Nociones de Derecho Público Civil Patrio, y de Economía Política en Colegio de la Independencia Americana de Arequipa.  

En 1870 se graduó de Bachiller, Licenciado y Doctor en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de San Agustín con las tesis tituladas “El Gobierno Republicano es el que más conviene a la dignidad del hombre y a la felicidad temporal de las naciones”; y  “Las leyes humanas sin el auxilio de las divinas, no pueden causar ni la felicidad temporal de los pueblos”; y tambien “Los principios de que la soberanía reside en la nación y que el gobierno goza con justo titulo los derechos del patronato nacional que profesa la escuela liberal son conformes a la religión católica”, respectivamente. y en 1884 publico una colección de poesía religiosa.           

El 28 de julio de 1778 Pacheco Andia junto con Ladislao Cabrera Valdez y José Benedicto Montesinos fundaron la Biblioteca Municipal de Arequipa con los 1132 libros que recolectaron entre los vecinos de la ciudad blanca y que en la actualidad forman parte del patrimonio de esta biblioteca. 
      
También Pacheco Andía fue Subprefecto de la provincia de Islay en 1871, cuando Mollendo es declarado puerto y terminal del ferrocarril de Arequipa a la costa, y estableció el despacho del Subprefecto en la naciente villa de Mollendo. Ejerciendo este cargo se empeño en habilitar escuelas en la mencionada provincia. También compro una casa en el pueblo Cocachacra (Valle de Tambo) y la amobló para que funcionara como sede del Consejo  Distrital. Trinidad Pacheco Andia. 

Pacheco Andía falleció a los 80 años, el 10 de setiembre de 1915 en su casa de la calle San Francisco. 

LA HISTORIA DEL BALNEARIO DE MEJÍA

LOS PRIMEROS BAÑOS EN MEJIA
Cuando Trinidad Pacheco Andia ejercía el cargo de Subprefecto de la provincia de Islay, se interesó por dotar en la playa de Mollendo unos “baños”, es decir una especie de campamento (ramadas o cuartos), para el descanso de veraneantes, y se asoció con  amigos arequipeños que encargaron al Gerente del Ferrocarril, Sr. Eduardo Dubois, construir dichos baños, que no los hizo cual indicaciones de Pacheco Andia lo que origino su molestia y protesta contra Dubois.  No obstante le comunicaron que asiduamente  habían personas que frecuentaban las playas de Mejía, al sur de Mollendo, Pacheco, se embarco  a dicho lugar y se se percato que entre los dos promontorios  rocosos conocidos ahora como “Tiro Alto” y “La Isla”, formaban una hermosa playa ideal para los baños que proyectaba en Mollendo.  

Posteriormente Coronel Pacheco se empeño en  formar una población en este lugar; además de haber recibido información de un pescador del lugar (Bernabé Quispis) que algunos vecinos del valle de Tambo y Arequipa se instalaban en esta playa a pasar días de verano. Tan entusiasmado quedo nuestro Coronel, que invito a  su familia, la de su amigo Mariano Villegas y al Canónigo Julián Cáceres a este lugar.

Posteriormente Pacheco Andia mando a realizar un plano de la nueva población que tenían cinco calles  transversales, el malecón, la plaza e iglesia, y otras cinco calles perpendiculares, todas de 10 varas de ancho; luego  en 1872, solicitó aprobación de su proyecto al Prefecto de Arequipa  e iniciar la repartición de lotes y expedir títulos.  Es así como nace el Balneario de Mejía.

EL LIBRO SOBRE LA HISTORIA DE MEJIA   
     
FACSIMIL DEL LIBRO DE PACHECO ANDÍA
La “Historia del Balneario de Mejía. Con varias instrucciones saludables para tomar con provecho los baños de mar” del Coronel de  Artillería del Ejército y Benemérito a la patria en Grado Heroico, don Trinidad Pacheco Andia, fue publicada en  1912 en la ciudad de Arequipa por la tipografía La Bolsa, ubicada en la calle Guañamarca (ahora Rivero) N° 93; el dato de la imprenta es interesante pues aparentemente fue la imprenta del desaparecido diario La Bolsa,  que circulo en Arequipa desde 1860 hasta 1905, lo que revela que la imprenta del diario siguió funcionando, no obstante de haber dejado de circular el mencionado diario.


La “Historia del Balneario de Mejía…”, folleto de formato A5  (22 cm. de lago y 17 de ancho) consta de 37 páginas,  impreso en papel periódico. El texto empieza con un prologo del mismo autor en donde, aparentemente, denuncia que al Estado no le ha interesado pagarle su sueldo, e incluso a cambio, Pacheco Andia,  se comprometía a escribir la historia militar del Perú.   

El folleto contiene varios subtítulos, a saber: Balneario de Mejía; Baño de la empresa; Baño de Mejía; Delineación de la Población;  Conflicto imprevisto; Estación; Pila de la plaza; Iglesia; Santo Patrón de Mejía y su iglesia; Nombres de calles y otros sitios; e, Instrucciones saludables para tomar los baños de mar, con el cual termina el mismo.

Es en realidad la “Historia del Balneario de Mejía…”, las memorias del Coronel Trinidad Pacheco Andia; poniendo en relieve esencialmente su participación en la formación de este balneario; pues narra de forma orgánica, bajo los subtítulos antes mencionados,  la activa y directa participación, valga la redundancia, de Pacheco Andia  en la formación de Mejía, desde su interés por dotar en Mollendo “baños”, el problema que tuvo con el Gerente del Ferrocarril Sr. Dubois;  su impresión de la playa de Mejía, hasta el empeño que tuvo en formar un balneario he dicho lugar.  
      
También escribe los pormenores y trabas que tuvo el Coronel Pacheco Andia en el proceso de formación del balneario; la construcción de la iglesia, y el motivo de poner ala misma bajo la advocación de el Apóstol Santiago. Datos, que me   parecen importantes, es los nombres de las calles y sitios que Pacheco Andia, designo a el Balneario, como calle de las inmundicias, de los fundadores, de la Trinidad (a deducir ¿porque?), de Tambo, y de la Atrasada, etc.

En conclusión, la “Historia del Balneario de Mejía…”   es el testimonio de uno de los fundadores del balneario de Mejía, cuya participación directa, se forjo este pueblo. Se conocen pocos ejemplares de este folleto, aparentemente no se editaron pocos, sabemos que la biblioteca Municipal de Arequipa, y la del Club Arequipa, conservan ejemplares; no obstante que en la edición del libro  “Mejía, su historia y su club”, trabajo realizado por Antonio Ugarte, y auspiciado por el Club Mejía, se inserto en facsímil, el folleto de Pacheco Andia, que se ubica entre las páginas 158 y 176; además de hermosas fotografías del  pasado mejiano. Salvaguardando de esta manera a las postrimeras este viejo folleto, casi olvidados por los años.  

Croquis des distrito de Mejía 

Estación Mejía  del ferrocarril de Arequipa - Mollendo 

Lugar donde antiguamente se ubicó la antigua estación Mejía. 

Restos de la antigua línea del ferrocarril con dirección a Mollendo 

Restos de la antigua línea del ferrocarril con dirección a Mollendo


Iglesia antigua en Mejía 

Iglesia actual en Mejía 
















domingo, 17 de septiembre de 2017

Las islas Alvizuri en la historia de Islay

Vista general del puerto de Matarani e islas Alvizuri al fondo
A ½ milla al Sur Este de la caleta de Islay y frente al puerto de Matarani se destacan cuatro islotes conocidos como Albizuri, cada uno de estos islotes tiene su nombre: Blanca de 43 metros de altura, La Leona de 25 metros, Nisbet o los ahogados de 28 metros e Infiernillos, también forma este conjunto un farallón con un ancho de 330 metros denominado la Gasca.

Este conjunto de islas Alvizuri, junto con  la Isla Hornillos y Punta Islay desde el 2003 son protegidas por el Estado, y el Instituto de Investigación y Desarrollo Hidrobiológico de la UNSA ha estudiado este lugar e identificado  45 especies de peces, 23 especies de crustáceos, 46 especies de moluscos, 9 especies de equinodermos (como estrellas de mar), 11 especies de animales invertebrados, 14 especies de aves y 3 especies de otros grupos como mamíferos marinos como el lobo chusco (Otaria byronia) que se ha incrementado ostensiblemente, debido a la protección que se le viene dando.

Fauna marina en las islas Alvizuri
Pero ¿Sabemos algo de la historia de estas islas? ¿Por qué se denominaron Alvizuri?, veamos algo de su historia.

Referencias más antiguas de estas islas nos da el Capitán Pedro Hurtado de Mendoza en su “Derrotero del mar del sur” de 1730 donde dice que: “De la punta de Cornejo a la punta de Ilay hay 4 leguas; se surge este puerto (Islay) de la parte de adentro de los farallones, que son cinco blancos […] se conoce este puerto por los farallones y se ha de entrar (al puerto) entre la punta (de islay) y el farallón…”.  Y en el trazo que hace Hurtado de Mendoza los grafica a colores frente a la punta y puerto mencionados.     

Las islas Alvizuri están relacionadas con las lomas de Islay. En el siglo XVIII existieron  dos hermosos olivares en dicho lugar denominados: LLuta y  Matarani de propiedad del colegio de la Compañía de Jesús de Arequipa, así como una estancia para la crianza de ganado mayor y menor; esta propiedad se extendía desde los altos o cerros en las lomas hasta la orilla del mar e islotes que existían en su costa.

Las lomas de Lluta e Hilay (Islay) en 1595 pertenecían al Corregimiento de Camaná, posteriormente fueron propiedad de Juan Chavez de Carbajal; luego, en 1604, las vendió  a Juan Gómez Chacón quién cedió dicha propiedad en titulo de capellanía al convento de Santo Domingo de Arequipa; finalmente, el convento entregó el 03 de marzo de 1627 los documentos de esta capellanía al Colegio de la Compañia de Jesús de Arequipa; Sin embargo, con la expulsión de los jesuitas en 1767, esta propiedad paso a la administración  de la Junta de Temporalidades, que  liquidó todos los bienes de esta orden religiosa en el Perú; respecto a las lomas, olivares, estancia e islotes de Matarani y Lluta fueron rematados en don Antonio de Alvizuri Sagasti, vizcaíno nacido en 1735 y establecido en la ciudad de Arequipa; quien casado con Doña María Josefa Fernández Maldonado y Peralta,  fueron propietarios de la hacienda de Chucarapi en el valle de Tambo.

La adquisición que hizo Antonio de Alvizuri Sagasti abarcaba “desde las caleta de Chiguas hasta Mollendito”.  A la muerte de Antonio de Alvizuri, estas propiedades, después de un proceso  de  partición de bienes, fueron adjudicadas a su hijo Don José María Alvisuri y Fernández Maldonado, abogado de la Real Audiencia; sin embargo, las comunidades indígenas de Yanahuara y Tiabaya  alegaban que tenían derechos sobre el guano  de estas islas por cuanto lo extraían “desde tiempos inmemoriales”; ante esta situación José María Alvisuri y Fernández Maldonado llego a una transacción  con los indígenas sobre la repartición del guano que estuvo  vigente hasta la república, que la misma paso a la administración de un Comisionado de Hornillos, hasta que se estableció el estanquillo del guano, administrado también por el Estado.
Estos islotes en tiempos que la poesía la familia Alvizuri, eran llamados “la Lobera”, ignoramos el nombre que tuvo en tiempos prehispánico, pero afírmanos que es por razón de ser estas islas propiedad de la familia Alvizuri que las mismas toman su nombre hasta la actualidad.



Complejo de islotes Alvisuri 

Complejo de islotes Alvisuri 

Complejo de islotes Alvisuri 

Punta Islay 

Complejo de islotes Alvisuri 

Complejo de islotes Alvisuri en el derrotero "Del mar del sur" de  1730



domingo, 13 de agosto de 2017

TESTIMONIOS DEL TERREMOTO DE 1868

A las 5.15 de la tarde del jueves 13 de agosto de 1868 el sur del Perú fue sacudido por un terremoto que derrumbo la ciudad de Arequipa y otras localidades; en la costa un tsunami azotó el puerto de Arica y el valle de Tambo.

De este terremoto existen registros fotográficos que nos revelan la magnitud del desastre, pero también encontramos testimonios personales como las cartas que desde Arequipa enviaron Juan Manuel López de Romaña y María Josefa Alvizuri, padres de Eduardo López de Romaña, cuando se encontraba estudiando en Inglaterra.

Son tres cartas que dan cuenta de lo ocurrido, dos de los padres y una de su abuela Carmen Bastamente. A continuación las reproducimos.   

“Arequipa, agosto 16 de 1868. Muy lacónico seré en este correo porque estamos de marcha para el campo a consecuencia del terremoto que el jueves 13 del corriente a las 5.15 de la tarde experimentamos en esta ciudad, que ha quedado un tanto mal parada, como imaginaras desde que te diga que duro diez minutos el movimiento de la tierra. Felizmente no tenemos desgracia ninguna personal que lamentar en nuestra familia, ni en la de nuestros parientes. Muy pocas proporcionalmente son las victimas habidas, merced a la hora y a la pausa que comenzó el movimiento dando lugar a salvarse en todas direcciones”.

“Arequipa, agosto 16 de 1868 (Abuela de Eduardo Lopez de Romaña). Ya sabras por los periódicos del modo tan terrible que nos ha castigado Dios con un terrible terremoto que hubo el 13 de agosto a las 5 de la tarde; en nuestra familia todos nos hemos salvado conm mucha felicidad, de lo que no me canso de dar gracias a nuestro buen Dios y Salvador  […] muchas muertes ha habido, pero como fue en el día se han salvado los más, todas las iglesias han caído […] Tambo y todos los valles han sufrido mucho, el mar salió y se llevó a Catas (en el valle de Tambo)”.      
     
“Arequipa, agosto 22 de 1868.  Comenzó a las 5.15 cuando tomábamos café de sobre mesa y huimos a la calle tomando la dirección de la esquina donde nos mantuvimos durante toda su violencia, casi sin podernos mantener de pié y en una densa nube de  polvo que nos asfixiaba por el derrumbe de algunos edificios viejos y cercanos; y cuando el polvo se despejo un tanto y viendo que el movimiento aún continuaba aunque suavemente, corrimos a la plaza mayor, donde de todas partes acudía presurosamente la gente, y donde pasamos la noche envueltos en algunas mantas que los criados fueron a buscar a la casa. Esa noche como imaginaras duro un año porque los temblores se repetían cada diez minutos más o menos, y en cada uno de ellos se levantaba un aterrante clamor de todas las gentes que allí se refugiaron. Yo desde el principio, me esmere en convencer a los nuestros que los temblores  que en una larga serie de muchos días y quizá meses debían seguir, era consecuencia forzosa del terremoto […] Nadie habita las casas si no las plazas y el campo donde la población se halla en campamentos […] Las averías de los edificios son muy grandes; Barrios enteros se han desplomado de raíz; y casi todas las iglesias se han caído  [….] Los puertos de sur como Iquique, Mejillones, Arica, Chala, han sufrido mucho por el mar que elevándose extraordinariamente los invadió destruyendo parte de sus poblaciones. Catas (ene le valle de Tambo) no existe”.     

Estas tres cartas fueron publicadas por Fernando L. de Romaña en "Datos biográficos de Eduardo Lopez de Romaña".

Existe también testimonios de viajeros que  registraron sus impresiones sobre lo sucedido, el historiador  Manuel Fernandez Canque ha reunido estos testimonios en su libro  "Arica  1868, un tsunami y un terremoto"      

Plaza de armas después del terremoto

Calle de Arequipa destruida y al fondo fachada de la iglesia de San Camilo 
después de demolida para construir el mercado del mismo nombre


Fachada de la catedral de Arequipa después del terremoto


Fotografía tomada desde la calle Mercaderes 


Alegoría que apareció en el diario arequipeño  La Bolsa 


Una composición musical que da cuenta del desastre 

Grabado del desastre ocasionado en el puerto de Arica 

Grabado del desastre ocasionado en el puerto de Arica 



sábado, 6 de mayo de 2017

LA FAMILIA MONTESINOS EN EL VALLE DE TAMBO

El estudio de una familia arequipeña, los Montesinos, en el valle de Tambo, forma parte de un estudio sobre tenencia de tierras que venimos realizando; nos pareció importante escribir sobre la presencia de esta familia en nuestro valle porque una de sus miembros, Adela Montesinos fue una notable poeta y vivió algunos años en Punta de Bombón y donde, según su hija Dunia Espinoza, escribió varios versos, y que en el 2010 publicara el Gobierno Regional de Arequipa en su homenaje. 

 LA FAMILIA MONTESINOS EN TAMBO

La presencia de la familia Montesinos en el valle de Tambo se remonta hacia el año de 1891, cuando José Domingo Montesinos y Garzón compra parte de los terrenos de la hacienda Bombón de Candelaria Beltrán de Llosa. Posteriormente un hijo de José Domingo, llamado Guillermo Montesinos Pastor, caso con su prima hermana María Montesinos Martínez, y tuvieron diecinueve hijos, de los cuales diez llegaron a adultos: Jose Benito, Jose Domingo, María, Luisa, Adela, Clemencia, Alfonso, Guillermo, Francisco y Rosario Montesinos y Montesinos; dos miembros de esta familia, Adela y Francisco, se relacionaron con la Punta de Bombón, Adela administro la hacienda entre 1930 y 1940; y Francisco quien caso con una dama punteña, Elsa Torres, padres de Vladimiro Montesinos Torres.

LA HACIENDA 

Las tierras que compró Jose Domingo Montesinos y Garzón en el valle de Tambo fueron unos “terrenos de cañaveral” divididos en dos partes, siendo los linderos de la primera: “por la cabecera montes del mismo doctor Montesinos, por el costado de arriba terrenos de los herederos de don Cornelio Álvarez y de don Juan de Dios Llosa Torres; por el costado de abajo terrenos de los Calderón y del mismo señor doctor Montesinos; y por el pie la segunda suerte de ese mismo fundo cuyos linderos son por la cabecera ,la anterior suerte que se acaba de mencionar, por el pie con terrenos de don Jose María Llosa, por un costado oficina y terrenos de Bombón, de los mismos herederos, y por el otro finca de don Bruno Calderón, desagüe por medio”. La primera se compone de cien topos de sembrío, y la segunda de veintidós topos más cuatro mil cuatrocientas noventa varas cuadradas, según escritura de compra-venta hecha ante el Notario Público Abel y Campos el 21 de julio de 1891. Posteriormente estas tierras se denominaron hacienda “Santa Cruz” la primera , y “Hacienda Nueva” la segunda.

UNA HACIENDA EMBARGADA

María Montesinos Martínez quedo viuda muy joven, y vivió junto a sus hijos en Arequipa en la calle San Juan de Dios 319 (la casa familiar), además poseían propiedades en las calles Jerusalén 605, Rivero 306, en el balneario de Tingo y la hacienda en Tambo, que alquilaron para obtener recursos económicos. Sin embargo en 1943 la “Hacienda Nueva” se hallaba embargada; al parecer el señor Nery Portugal entregó a María Montesinos Vda. de Montesinos la cantidad de cuarenta mil soles, poniendo en hipoteca la mencionada hacienda; y el dicho, don Nery, inició un juicio y embargó no solo de la hacienda, sino también de los sembríos que eran “treinta topos y cuatro de arroz, veinte topos novecientas sesenta varas de caña dulce de azúcar y doce topos y cuatro de plantera de caña dulce” .La hacienda “Santa Cruz” también fue hipotecada por los hijos de María Montesinos: Jose Benito y Jose Domingo, a don Víctor M. Holguín y Holguín por la cantidad de dos mil doscientos soles . El 18 de diciembre de 1943 cancelaron las deudas a los acreedores. 

ADELA MONTESINOS 

Adela Montesinos y Montesinos, la quinta hija de Guillermo y María Montesinos, alquiló con su esposo Gustavo Espinoza, el 1 de mayo de 1943, las partes que corresponden a sus hermanos y madre de estas dos haciendas, por un lapso de diez años, y por un canon anual de tres mil novecientos soles setenta y dos centavos. Estos diez años, Adela vivió en Punta de Bombón. 

Adela Montesinos nace en Lima el 12 de setiembre de 1910, según la biografía hecha por Dunia Espinoza, su hija, dice que fue expulsada del colegio Sagrados Corazones por ser sorprendida junto con Estela Ugarte Chamorro, leyendo el poema “Adele” de Víctor Hugo, por tal motivo fue educada en su casa. Pero es a sus veinticinco años que se interesa por la Revolución Bolchevique y lee con avidez literatura rusa; y se interesa también por los derechos e igualdad de la mujer en la sociedad, conoce investigaciones de Gregorio Marañón acerca de la igualdad intelectual de hombres y mujeres; y los artículos de la cubana Mariblanca Sabás sobre la sexualidad femenina, en tiempos donde la sociedad relegaba a la mujer; y es la única que participa en la fundación del Partido Comunista en Arequipa el 7 de noviembre de 1929, en el jardín “Primavera”, junto a su hermano Jose Domingo.
En el desaparecido diario “Noticias” de Arequipa, con el seudónimo “Alma Moreva” escribió una serie de artículos sobre “
El feminismo y sus beneficios”, “El feminismo en nuestro ambiente”, “El feminismo y sus diversas manifestaciones”, “El feminismo como exterminador de la maleficencia” temas que provocaron reacciones airadas por los círculos conservadores de la ciudad Blanca. Viaja a Lima y se vincula con intelectuales de la talla de Jose Carlos Mariátegui, Magda Portal y últimamente     Jose María Arguedas.                                                                                                                    Adela Montesinos

En 1931 se casó con Pompeyo Herrera, dirigente comunista universitario en la U. de San Marcos; y al año siguiente es encerrado en El Frontón, para luego ser desterrado a Chile. Hasta el país vecino lo acompaña Adela, donde nace su hijo Guillermo. En 1934, Pompeyo, muere de tuberculosis, y Adela, pese a las circunstancias adversas, participa activamente en el Movimiento por la emancipación de la mujer de Chile; publica algunos libros como “La mujer Nueva”, y los artículos “Las mujeres y el Fascismo”, “Levántate y anda”, “Carne de inclusa”, etc. En 1937 regresa al Perú donde continúa activamente su actividad intelectual; en 1939 se vuelve a casar, pero esta vez, con el ingeniero agrónomo Gustavo Espinoza Rosales, con quien tuvo dos hijos: Gustavo y Dunia, quien en el 2010, con el Gobierno Regional de Arequipa, volvieron a publicar la obra completa de esta notable mujer. 

En la Punta de Bombón, a Adela Montesinos, la recuerdan como una mujer a caballo, siempre con pantalones, fuerte gesto facial, unido a un cigarro que terminaba echando humo por los montes y caminos del valle de Tambo. Una versión moderna de “Doña Bárbara” de Rómulo Gallego, escribió en una semblanza, Eliana Zanabria Bustamante, quien también hace mención a los versos que escribió en su hacienda y al conflicto que tuvo con Nery Portugal, que huyó a Bolivia, dice. 

En 1943, Adela y su esposo, adquirieron el ingenio “San Nicolás”; y trata de unir a los demás agricultores en una sociedad, pero no tuvo éxito. En un testimonio de Arcelia Tejada, quien trabajo con Adela, cuando estuvo en Tambo, dice que “la hacienda Santa Cruz tenía una capilla con una cruz y se le hacia su fiestecita…”.

En la hacienda sembraba caña de azúcar, arroz, algodón y papas, además tenía “una desgranadora de maíz, el chofer manejaba un camioncito rojo, que cuando había necesidad de comprar azúcar de Mollendo, iba, o cuando vendía arroz a Mollendo, Moquegua o Tacna, Juan Tejada era el chofer […] los trabajadores de la chancaquearía, que se encargaba echar fuego al horno eran Emilio Ribera y el maestro fue Víctor Rendón[…] Mis primeros días en el trabajo de la hacienda fue cuando los agricultores traían el arroz en unas sacas grandes yo las pesaba, y el romaneaje se lo llevaba a la oficina, y ella se arreglaba con los agricultores, […]En ese tiempo Don Benjamín Tejada era como corredor, así se le llamaba a la persona que visitaba a los agricultores, que la Sra. Adela habilitaba para que cosechen el arroz […]Benjamín Tejada entregaba los sacos para que los agricultores llenaran el arroz. También trabajaba Isaul Zanabria como capataz…” nos dice Arcelia. 

El 6 de noviembre de 1950 Adela vendió parte de la hacienda a don Roberto Gutiérrez Paredes, y el 26 de diciembre a don Enrique Guillen, Félix Guillen, Rosa Guillen viuda de Rivera, Alberto Rivera Guillen, fraccionándose de esta manera la hacienda.
 


 Adela Montesinos,destacda poeta y precursora de los derechos de la mujer. En la foto de abajo la señora Adela con siu Guillermo y su esposo Pompeyo Herrera.

Dunia Espinoza Montesinos, hija de Adela Montesinos, a lado de Arcelia Tejada en Punta de Bombón luego del homenaje a Adela 

Dunia Espinoza Montesinos, hija de Adela Montesinos, a lado de Lastenia Tejada en Punta de Bombón luego del homenaje a Adela 



Homenaje a Adela Moontesinos en Punta de Bombon en el valle de Tambo 

FAMILIA MONTESINOS  A LADO DE JUAN MANUEL POLAR


GUILLERMO MONTESINOS RECONOCIDO MÚSICO Y FOTÓGRAFO AREQUIPEÑO