domingo, 31 de marzo de 2024

EUSEBIO QUIROZ PAZ SOLDAN Y SU OBRA HISTORIOGRÁFICA

 

Esa relevancia de Arequipa en la historia del Perú, al margen de quienes la construyeron, se debe en buena parte a quienes la estudiaron. Uno de los historiadores más notables fue Eusebio Quiroz Paz Soldán, quien “ha orientado su quehacer al estudio del pasado de Arequipa que ha enseñado y difundido a lo largo de muchos años. Su producción arequipeñista consta de numerosos artículos publicados en periódicos y revistas especializadas, parte de los primeros reunidos en “En torno a mi ciudad. Arequipa” (1988); y los segundos “Visión Histórica de Arequipa” (1992) y más reciente “Obra histórica” (2011)” (Espinoza, 2010,34); en este ensayo intentaremos analizar la producción historiográfica de Eusebio Quiroz Paz Soldán, no desde  sus libros; por el contrario, de lo más menudo de su obra, que son sus artículos; para esto hemos planteado una clasificación  en diez ejes historiográficos: Arequipa entre los siglos XVI – XVIII; El Perú y Arequipa en el proceso de la independencia; Arequipa en la confederación Perú-boliviana; Arequipa y el Perú en la guerra con Chile; Arequipa y el Perú entre los siglos XIX– XX. Historia y reflexiones; Arequipa: arquitectura y urbanismo; Historia la iglesia en Arequipa; Personajes y su obra; Identidad cultural mestiza de Arequipa; Compilaciones y catálogos de archivo.   

Ver el artículo completo aquí: 

https://www.academia.edu/116913922/EUSEBIO_QUIROZ_PAZ_SOLDAN_Y_SU_OBRA_HISTORIOGR%C3%81FICA 

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sábado, 24 de febrero de 2024

LA PROVINCIA DE ISLAY EN EL CENSO NACIONAL DE 1876

 


El Censo General de la República del Perú de 1876 fue la primera contabilización estadística del Perú moderno, considerado como el más importante del siglo XIX, fue realizado por el gobierno civilista de Manuel Pardo y Lavalle en un momento donde el boom del guano estaba colapsando y a pocos años de la guerra del Pacífico. Dirigido por el estadístico francés Georges Marchand, y compilado y publicado por el experimentado Manuel Atanasio Fuentes, el censo movilizó un pequeño ejército de funcionarios que por vez primera recogió minuciosos datos laborales, sociales y regionales (Gootenberg, 1995, p. 13).

Manuel Atanasio Fuentes explica la metodología del censo en la carta que inserta en la publicación de los resultados del censo: “ha sido formado teniendo a la vista, además de otros documentos, razones especiales y detalladas pedidas a todos los Subprefectos de las Provincias” (Fuentes, 1876, p.5); entonces, deducimos que fue el subprefecto de la provincia de Islay quien elevó la información censal a solicitud de Fuentes; sin embargo, no menciona a las autoridades que remitieron dicha información; no obstante en la edición general de este censo si mencionan a la autoridad local, siendo el Sargento Mayor Manuel R. Manrique, radicado posiblemente en el puerto de Santa Rosa de Islay,  el responsable de levantar la información censal y remitir a Lima a los directores de registro nacional.   

La provincia de Islay

El 19 de diciembre de 1862, posiblemente con el espíritu de impulsar el desarrollo del puerto de Islay, Quilca y el valle de Tambo, se creó la provincia de Islay bajo el siguiente decreto:

CONGRESO DE LA REPUBLICA PERUANA

CONSIDERANDO

I.-  Que el Pueblo de Islay, por su posición topográfica y por el desarrollo progresivo de su comercio, está llamado a constituir una población.

II.- Que la distancia que separa de la capital del Departamento al pueblo de Islay y al valioso valle de Tambo, contribuye el atraso de dichos pueblos, por el retardo que sufren reclamaciones judiciales y políticas: ha dado la siguiente Ley:

Artículo Único: Se erige en el departamento de Arequipa, la provincia de Islay, compuesta de los distritos de Islay, Quilca y Tambo, cuya capital seria el referido Puerto Mayor.

Comuníquese al Poder Ejecutivo para que disponga lo necesario a su cumplimiento.

Dado el Lima a 16 de diciembre de 1862.- José Silva Santiesteban, Vicepresidente del Senado. - José María Pérez, Presidente de la Cámara de Diputados. - Francisco Chávez, Secretario del Senado. - Epifanio Serpa, Diputado Secretario.

Por tanto; mando se imprima, publique y circule, y se le dé el debido cumplimiento. - Dado en la Casa de Gobierno a 19 de diciembre de 1862. – Miguel San Román. - Antonio Arenas.                           

Esta provincia se creó con tres distritos: Quilca, Islay y Tambo; la capital del distrito fue el desaparecido puerto de Islay. Es en este contexto territorial que se desarrolla el censo de 1876, catorce años después de crearse dicha provincia.  Posteriormente el 6 de enero de 1871 se clausura el puerto de Islay y se apertura la caleta de Mollendo como tal, en razón porque se decidió como terminal del ferrocarril de Arequipa a la costa; esto motivó a una nueva demarcación territorial de la provincia que se dio mediante la Ley del 3 de enero de 1879, donde se crean los distritos de Mollendo, Cocachacra y Punta de Bombón; erigiendo como capital de la provincia a Mollendo, pero esto es un proceso histórico posterior al tema que estudiamos.

La información que consiga el censo de 1876 se basa en los distritos que componían la antigua provincia de Islay; a través de esa información conoceremos en principio la cantidad de población, por sexo, edades y oficios, además de los pueblos   caseríos y haciendas que lo conformaron.

La población de provincia de Islay según el censo de 1876.

Para este estudio sobre la población en la provincia de Islay en 1876, hemos utilizado las dos fuentes de información publicadas sobre dicho censo; la primera es el: “Censo general de la república del Perú formado en 1876” y publicado en 1878 por la imprenta del estado; la segunda es el “Resumen del censo general de habitantes del Perú hecho en 1876”; también publicado en 1878 por la imprenta del estado, esta última por Manuel Atanasio Fuentes y la primera mencionada por Aurelio García y García. Como ya mencionamos, quien realizó el censo en la provincia de Islay fue el Sargento Mayor Manuel R. Manrique quien con el cargo se Subprefecto de esta provincia, le encomendaron levantar la información censal.  

El registro que encontramos sobre el territorio en estudio en el “Censo general de la república del Perú formado en 1876” esta presentada por los tres distritos que conformaron la provincia de Islay en aquel año: Islay, Quilca y Tambo; arrojando para el distrito de Islay la cantidad de 2069 hab. siendo 1046 hombres y 1023 mujeres; en el distrito de Quilca resultó la cantidad de 575 hab. con 231 varones y 244 mujeres; finalmente, para el antiguo distrito de Tambo, que abarcaba todo el valle y parte del litoral, se contabilizó 5889 hab. de esta cantidad fueron 3598 hombres y 2291 mujeres. El total de pobladores de la provincia en 1876 resultó 8433 habitantes, de lo cual 4981 fueron varones y 3452 mujeres.  

La población en el distrito de Islay según el censo de 1876

Sobre el distrito de Islay consignan a dos pueblos: el puerto de Santa Rosa de Islay y el puerto de Mollendo; con una cantidad poblacional de 2069 habitantes; para el puerto de Santa Rosa de Islay 865 habitantes, siendo 270 varones y 865 mujeres; para el puerto de Mollendo con un total de 1498 habitantes, siendo 776 varones y 658 mujeres. Este dato es importante porque observamos una notable cantidad poblacional en Mollendo respecto al puerto de Islay, esto nos revela que la clausura de este, y la apertura de Mollendo en 1871 hizo que la población creciera en dicho puerto.

En el cuadro de las “razas” se consignan para el distrito de Islay las siguientes: blancos 1117, indios 396, negros 57, mestizos 550 y asiáticos 9; posiblemente en la notable cantidad de raza blanca contabilizada se haya incluido a los extranjeros que radicaban en los puertos de Islay y Mollendo.   

En el cuadro de cultos religiosos se registran los siguientes: católicos 2015, cultos reformados 40, otros cultos 9, cultos ignorados 5. En el cuadro sobre las nacionalidades de los habitantes en el distrito de Islay son: peruanos 1744, alemanes 15, argentinos 6, asiáticos 9, bolivianos 10, colombianos 3, chilenos 204, ecuatorianos 2, escoceses 2, españoles 9, franceses 10, holandeses 1, ingleses 18, italianos 16, norteamericanos 18, portugueses 1 y suizos 1. Al respecto, Francisco Velarde Herrera anotó que en el puerto de Santa Rosa de Islay se instalaron familias de apellidos: “Vásquez, La Fuente, Uzategui, La Jara, Riglos, Pino, Meneses, Febres, Rivera, Soto, Novoa, Hurtado, Bedoya, Benavides, Olazabal, O´Phlean, Gandarillas, Estremadoyro, Calderon, Muñoz y Vela; y entre los extranjeros Gibson, Barclay, Ward, Crownton, Stambury (ingleses), Algrin (sueco), Leyton (irlandés) Lester (francés), Gygax, Neuenswander (suizo), Dorich, Gutierrez (españoles), Cuadros (boliviano) y Galloso (chileno)” (Velarde, 1984, 26).   

Sobre las edades, la mayor cantidad de población en el distrito de Islay en 1876 osciló entre 25 y 45 años con una cantidad de 642 habitantes, le precede la población entre 10 y 25 años con 614 habitantes y por último los niños entre 01 y 10 años con una cantidad 552 habitantes.  Respecto a culto religiosos en mayoría se registró católicos con 2015 habitantes, cultos reformados 40, otros cultos 9 y cultos ignorados 5; estas denominaciones religiosas se dieron porque en el distrito, que comprendía los puertos de Islay y Mollendo. Referente al estado civil se registraron 1490 personas solteras, casados 512, y viudos 127; con grado de intrusión 141 pobladores sabían leer, 818 sabían escribir y 1115 analfabetos. Los oficios que se consignaron entre los habitantes del distrito de Islay son: siendo en su mayoría comerciantes, arrieros, cargadores, carniceros, cocineros, costureras, dependientes, empleados públicos, jornaleros, lancheros, lavanderas, marineros, militares, pescadores; y en minoría: alarife, boticario, escribano público, eclesiástico, carpintero, cigarrero, cirujano, chicheros, domésticos, ebanista, fruteros, verduleros, fundidor de hierro, hojalateros, ingeniero, mecánicos, panaderos, peluqueros, pintores, preceptores, relojeros, sastres, sombrereros, zapateros, telegrafistas, etc.  

La población en el distrito de Quilca según el censo de 1876

Para el distrito de Quilca se censaron dos pueblos denominados Quilca con 109 habitantes y Pueblo Nuevo con 109 habitantes; y seis caseríos, a saber: Higueritas con 31 personas, Guanera con 49 habitantes, Monte Grande con 18 personas, Quiroz con 55 y Uche con 48 habitantes. Se registraron 204 personas como blancos, 61 como indígenas, 15 negros y 305 mestizos. Referente a la religión 575 personas, es decir todos los habitantes, son católicos. Respecto a la nacionalidad: 551 peruanos, 1 boliviano, 1 chileno, 2 españoles, 1 francés y 4 italianos. Sobre la edad entre 0 y 15 años son 219 habitantes siendo la mayoría del total de la población del distrito, entre 15 y 30 años 169 personas, entre 30 y 50 años 144 personas y entre 50 y 75 años 48 personas. En relación a estado civil 439 personas se registraron como solteros, 86 casados y 50 viudos. En cuanto a grado de instrucción 42 afirmaros saber leer, 118 saber escribir y 415 analfabetos. Finalmente, las profesiones y oficios que se registraron en su mayoría agricultores, arrieros, comerciantes, costureras, domesticas, jornaleros, panaderos, pescadores y sin profesión, en minoría agentes comerciales, carniceros, chicheras, empleados públicos, herreros, lancheros, lavanderas, marineros, preceptores, pulperos sastres y zapateros.       

La población en el distrito de Tambo según el censo de 1876

Para el distrito de Tambo se contabilizaron, en dicho censo, 5889 habitantes, siendo 3598 hombres y 2201 mujeres. Se registraron 13 pueblos, 21 haciendas y 24 caseríos; a saber, pueblos: Arenal 161 hab., Bombón 151 hab., Catas 181 hab., Cocachacra 925 hab., Mejía 53 hab., Pampa Blanca hab., Pampilla 227 hab., Piedra Grande 29 hab., Punta de Bombón 1546 hab., Punta de Guardiola 118 hab., El Toro 118 hab.; haciendas: Bombón 34 hab., Buena Vista 51 hab., Hacienda El Canto 100 hab., Caraquen 21 hab., Convalecencia 21 hab., Checa 18 hab., Chucarapi 155 hab., Haciendita 7 hab., Juan de la Cruz 29 hab., Hacienda del Medio 60 hab., Pampa Blanca 112 hab., La Pampilla 112 hab.,  Pascana 62 hab., El Pino 77 hab., Río Seco 8 hab.,   Ruelas hab.,   San Francisco Javier 61 hab.,   San Felipe 93 hab., San Francisco 25 hab.,   Santo Domingo 25 hab.; Caseríos:  Amoquinto 23 hab.,   Boquerón 84 hab.,   Cachendo 42 hab.,   Cachuy (Cachuyo) Chico 10 hab.,   Cachuy (Cachuyo) Grande 101 hab.,   Cahuintala 5 hab.,   Cocotea (litoral) 19 hab.,   Challascapac 45 hab.,   Ensenada 16 hab.,   Estación de Tambo 102 hab.,  El Fiscal 66 hab.,   Horca 70 hab.,   Huayrondo 20 hab.,   Jesus (lomas) 6 hab.,   Joya (estación) 19 hab.,   Ley – Huaynalen 18 hab.,   Oyanquira 34 hab.,   Puerto Viejo 43 hab.,   Quellca (Quelgua) Chico 35 hab.,   Quellca (Quelgua) Grande 61 hab.,   Veracruz 119 hab.,   Ventillata 17 hab.

Se registraron en el distrito de Tambo en la categoría de blancos 2010 hab., indígenas 1115 hab., negros 157 hab., mestizos 2356 hab. y asiáticos 221 hab. Referente al culto religioso se consignaron 5666 católicos, cultos reformados 3 y otros cultos 221. Respecto a la nacionalidad se catalogaron: 5555 peruanos, 3 alemanes, 221 asiáticos, 10 argentinos, 15 bolivianos, 1 colombiano, 65 chilenos, 2 ecuatorianos, 2 españoles, 1 francés, 1 ingles, 11 italianos, 1 de Manila, 1 portugués.

De acuerdo al rango poblacional resultaron de 0 a 10 años 1241 hab., de 10 a 20 años 1140 hab., de 20 a 40 años 2836 hab., de 40 a 60 años 619 hab., finalmente de 60 a 90 años 110 hab.; de este resultado podemos definir a una población notablemente joven y en crecimiento. Respecto al estado civil se registraron 4280 solteros, 1315 casados y 296 viudos. Sobre el grado de instrucción afirmaron que 273 hab. sabían leer, 1442 hab. sabían escribir, es decir podían firmar, y 4174 hab. eran analfabetos.     

Sobre los oficios y profesiones en el distrito de Tambo se examinaron en su mayoría: agricultores 2794 hab., sastres 26 hab., Pulperos 22 hab., arrieros 32 hab., carniceros 14 hab., carpinteros 23 hab., cocineros 16 hab., comerciantes 51 hab., costureras 110 hab., zapateros 14 hab., chicheras 90 hab., domésticos 170 hab., fonderos 17 hab., jornaleros 326 hab., lavanderas 16 hab., pulperos 11 hab., pescadores 12 hab.; en minoría se anotaron lo siguiente: 1 hab. fueron agrimensor, alarife, boticario, bachiller, Bodeguero, cigarrero, frutera, empírico, mecánico, relojero, talabartero, telegrafista y velero;   2 hab. fueron leñadores, militares, pastores, empleados públicos, herreros, ingenieros; 3 hab. fueron agentes, azucareros, hojalatero; 4 hab. fueron:  pintores, preceptores, sombrereros, dependientes, eclesiásticos, hoteleros; 5 hab. fueron mineros y marineros; 8 hab. fueron albañiles.    

Bibliografía

Fuentes, M. A. Resumen del Censo general de habitantes del Perú hecho en 1876. Imprenta del Estado. Lima 1878

CENSO GENERAL DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ FORMADO EN 1876. Tomo II. imprenta del teatro – portal de San Agustín N°82. Lima 1878.

Gootenberg, Paul. Población y etnicidad en el Perú republicano (siglo XIX): algunas revisiones. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. Lima 1995.

Velarde Herrera, Francisco. Crónicas de Islay y Mollendo. Lima 1984.  


ANEXO

 

FACSÍMIL Del: “CENSO GENERAL DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ FORMADO EN 1876”. TOMO II. IMPRENTA DEL TEATRO – PORTAL DE SAN AGUSTÍN N°82. LIMA 1878.

 

(PÁGINAS QUE CORRESPONDEN A LA PROVINCIA DE ISLAY)













domingo, 18 de febrero de 2024

LA HACIENDA CHUCARAPI EN EL VALLE DE TAMBO FAMILIA, PROPIEDAD Y EXTENSION. SIGLOS XVI - XIX

 


Este estudio sobre la hacienda Chucarapi en el valle de Tambo se enfoca en tres aspectos: La familia, la propiedad y la extensión; respecto al primero trataremos de conocer el origen y posesión de esta hacienda en una familia y su descendencia; el segundo aspecto se refiere específicamente cuatro troncos de una sola descendencia familiar que tuvieron en propiedad la hacienda Chucarapi, a saber: los Peralta Cabeza de vaca, los Fernández Maldonado y Peralta, Alvizuri Fernández Maldonado y López de Romaña y Alvizuri. El tercer aspecto basa a la hacienda Chucarapi y su extensión desde su origen en el siglo XVI, la fragmentación de la misma por heredad y consolidación de la misma en los troncos familiares anteriormente mencionados. Agregamos también, como inicio, un acápite referido al río y el valle de Tambo para explicar el medio geográfico donde se constituyó la hacienda Chucarapi.

Puedes descargar este estudio desde los siguientes enlaces: 

https://www.academia.edu/115076560/LA_HACIENDA_CHUCARAPI_EN_EL_VALLE_DE_TAMBO_FAMILIA_PROPIEDAD_Y_EXTENSI%C3%93N_SIGLOS_XVI_XIX

https://www.calameo.com/read/0067918010387a81f2079  

domingo, 11 de febrero de 2024

LAS CALLES DEL PUERTO DE SANTA ROSA DE ISLAY (1827 – 1871)

 

LAS CALLES DEL PUERTO DE SANTA ROSA DE ISLAY (1827 – 1871)

Percy Eguiluz Menéndez

Entre la vía de ingreso al terminal pesquero – “Muelle El Faro”, la planta de almacenamientos de ácidos, la zona de viviendas de funcionarios: “Villa TISUR” y los almacenes del mismo puerto se encuentra las ruinas de la zona urbana del desaparecido puerto de santa Rosa de Islay, que funcionó entre 1827 y 1871, en un área aproximada de 156,400 m2, terrenos que actualmente son de propiedad del Terminal Portuario de Matarani – concesionados a la Empresa Terminal Internacional del Sur (TISUR) en el distrito y provincia de Islay; no obstante, declarado Patrimonio Cultural de la Nación con la denominación “Sitio Arqueológico de Pueblo Viejo”, Resolución Directoral N° 700/INC/09-05-2006 (Ver imagen N° 1 y 2).    

Se conoce poco la historia del pujante puerto de Santa Rosa de Islay que con cuarenta y cuarto año de existencia (1827 -1871), hoy sus ruinas son vestigio del proceso de aquel puerto; en este artículo trataremos de explicar la traza urbana que desarrolló la población de Islay.    

INICIOS DEL PUERTO DE SANTA ROSA DE ISLAY

En la edición de “El Republicano” con fecha 28 de julio de 1827 se informa: “El 30 del próximo mes de agosto se abre el puerto de Islay y se cierra el de Quilca, para lo que se han dado las órdenes correspondientes” (El Republicano, 1975) por tal motivo se le denomino Santa Rosa de Islay, en honor a la Santa Peruana.

Islay, se convirtió en uno de los puertos más importantes del sur del Perú, en un primer momento por el crecimiento comercial de importaciones y el establecimiento de casas comerciales extranjeras en Arequipa desde inicios de la república; y en un segundo momento a partir de 1832, por el incremento de la exportación de lanas hacia Inglaterra, como lo han sustentado José Víctor Condori (2012) y Heraclio Bonilla (1974) respectivamente.

En el puerto de Santa Rosa de Islay se construyeron edificios públicos como: un templo donde funciono la viceparroquia creada por el Obispo José Sebastián de Goyeneche en 1827, un viceconsulado Ingles y una oficina de Aduana cuya referencia encontramos en la crónica de viaje de Flora Tristán, un mercado de abastos, dos plazas, casa de correo, subprefectura, escuela, hotel, puestos de vigías, garita, guardianía, muelle y  cementerio; además de edificios privados, como se puede ver en el plano insertado en su obra por Mariano Felipe Paz Soldán en 1862  que nos da una imagen de un asentamiento urbano ordenado (Ver imagen N° 5).

TRAZO URBANO DEL PUERTO DE SANTA ROSA DE ISLAY

La información que utilizamos para conocer el trazo urbano de la desparecida población del puerto de Santa Rosa de Islay son: la impresión de algunos viajeros que visitaron este puerto desde su fundación en 1827, el plano y grabado de Santa Rosa de Islay mandado a elaborar por Mariano Felipe Paz Soldán en 1865, la fotografía aérea tomada por el Servicio Aerofotográfico Nacional en el año de 1956 y el levantamiento topográfico, arqueológico y fotográfico que realizó Roger Ravines en el año 2005 (Ver imágenes N° 3, 4 y 5).

 

El área donde as asentó la población  fue un promontorio de las lomas denominadas Islay, de allí el nombre al puerto, contiguas a las lomas de Matarani; Heinrich Witt, comerciante alemán que se avecindó en Arequipa, escribió un diario personal entre 1824 y 1890; él fue testigo del cambio del puerto de Quilca al de Islay,  al referirse a este anotó lo siguiente en 1828: [Islay] “es un nuevo puerto, ya que Quilca fue abandonado porque allí prevalecía la fiebre palúdica […] La apariencia de Islay no era muy diferente a la de Quilca; es cierto que la oficina de la aduana es mejor y más sólida que la de Quilca, queda cerca al mar en un alto risco. El sitio de embarques es bastante inconveniente, por un empinado ascenso que ocasiona bastante trabajo a los cargadores” (Witt, 1992, 106); por su parte, Eliza Katherine Grimes escribió el 06 de marzo de 1829 que: “La ciudad está situada en la parte superior, y está compuesto principalmente de chozas de caña” (Carrasco, 2001, 202). También, el viajero alemán Karl Scherzer quien recorrió América del Sur en el año de 1859 con la expedición que realizaba Alejandro Von Humboldt en la fragata de guerra austriaca “Novara”, escribió sobre el 22 de mayo de dicho año: “[…]arribamos al pequeño puerto de Islay, complicado para su ingreso. El villorrio está construido en un parado y elevado peñón de 155 pies de altura, el cual cae de todos los lados casi perpendicularmente en el mar de tal manera que el desembarque es únicamente posible en un muelle, desde el cual se traslada al pueblecito de arriba mediante una escalera de fierro” (Scherzer, 1920, 82).        

En el informe de Mr. Wilthew, cónsul británico en el puerto de Islay en 1856, al Foreing Office anotó que Islay está: “construido sobre un terreno elevado mirando hacia la bahía, rodeado al norte por los cerros de la cordillera denominada San Andres y sirve como una buena señal para los buques que vistan el puerto”. (Carpio, Et. Al. 1990, 493). Con estas referencias se puede afirmar que el poblado del puerto de Islay se estableció en un promontorio alto y entre dos quebradas como se puede observar también en la fotografía aérea del S.A.N. número 8728 del donde se aprecia las ruinas de Islay entre las quebradas denominadas de Guerreros y Matarani que desembocan en el mar (Ver imagen N° 3). 

Según Roger Ravines: “El asentamiento de Santa Rosa de Islay o Islay Viejo está constituido por la conjunción de dos áreas que son generadoras de actividad y establecen relaciones entre sí. Cada área cumplió un papel definido en la formación social y económica de sus habitantes, siendo estas […] uno: el pueblo, área urbana o de habitación, dos: el puerto o área de actividad marítima. Integrante del área urbana, aunque separada de ella debe considerase al panteón o cementerio” (Ravines, 2010, 62); no obstante, para este estudio nos enfocaremos solo en el área urbana del desparecido puerto de Islay.  

El área urbana del pueblo de Islay para 1871, año que fue clausurado el puerto por Decreto Superno de Gobierno, lo conformaban doce calles, cuatro longitudinales y siete transversales que se pueden observar en el plano de Mariano Felipe Paz Soldán (1865); las cuatro calles longitudinales se denominaron: “Camaná”, “Aragón”, “Mollendo” o “Calle Real” y “Calle de la Iglesia”, “orientadas sensiblemente de este a oeste y paralelas a las quebradas que las limitan lateralmente” (Ravines, Ibíd.). Las siete calles transversales se denominaron: “Judíos”, “Bellavista”, “Santa Rosa”, “Desamparados” o “Lima” o “Calle de Pescadores”, “Tinajones” y “Calle del consulado”.

En el informe que hace el Gobernador y Comandante Militar don Rafael Gruesso, el 31 de agosto de 1836, para que se eleve la viceparroquia de Islay a la categoría de parroquia y separarla de Tambo, detalla los nombres de las calles de este puerto: “Su población consta de tres calles rectas con los nombres de Aranta, Yanacocha y Granada, y otra nueva con el nombre de Socabaya. Tiene siete calles de travesía [transversales] con hermosos edificios de tablazón altos y tiendas de comercio, las casa que lo componen al puerto son ciento cincuenta y cinco de toda clase que cada día van en aumento […] tiene el puerto dos plazas la de la iglesia con su pila y la de la aduana con el nombre de esta de la independencia. La aduana tiene dos garitas una en el hermoso muelle y otra en el principio de la población”. (De Torres. 1960, 44).  Rafael Gruesso y Mariano F.  Paz Soldán coinciden en la cantidad de calles establecidas (4 longitudinales y 7 transversales); sin embrago, no en los nombres de las calles longitudinales, posiblemente cambiaron los nombres, se tiene que tener en cuenta los años entre uno y otro testimonio: Rafael Gruesso para 1833 y Paz Soldán en 1865; no obstante, podemos deducir que la calle Camaná mencionada por Paz Soldán, pudo ser la calle Aranta registrada por Gruesso; o la calle Aragón que debió cambiarse a Granada, ambos nombres de provincias de España. No podemos inferir de las calles transversales porque Rafael Gruesso no las nombra en su informe.   

Cuando la francesa Flora Tristán desembarcó en el puerto de Islay en 1833, aproximadamente siete años después de la fundación del mismo, escribió que: “Atravesamos la población [que] consta de una larga calle no muy bien trazada, en la cual subsiste todavía las rocas del mar y las desigualdades del terreno y donde uno se hunde en la arena hasta la mitad de las piernas” (Tristan, 2005, 82), posiblemente en referencia a la “Calle de la Iglesia” que observado en el plano de Paz Soldán, esta inicia  una cuadra posterior al recinto religioso, cruza las dos plazas y termina en la aduana, ubicada frente al muelle del puerto y la garita, posiblemente la principal del puerto de Santa Rosa de Islay (ver imágenes  N° 23 -26). 

Según Ravines, y corroborando con el plano de Paz Soldán, fueron veinte las manzanas urbanas que se establecieron en Islay para 1865. Cuando Ravines hizo levantamiento topográfico y arqueológico en el año 2005 pudo reconocer solo quince; además, que “Cada manzana se encontraba dividida, a su vez, en cuatro o más unidades (casas) las que evidentemente correspondía a propiedades familiares o unidades domesticas” (Ravines, Ibíd.)  en su mayoría casas con restos de paredes de piedra, conocida comúnmente como “pirca” (Ver imágenes N° 4 y 7 - 14).

Observando el grabado de A. Simeón sobre el puerto de Islay que insertó Mariano Felipe Paz Soldán para ilustrar su “Atlas geográfico del Perú” (1865) y el plano topográfico publicado en el mismo libro, podemos deducir que se aprecia en el mencionado grabado  la pequeña garita del muelle sobre un promontorio rocoso frente al mar, el fuerte construido sobre la parte alta de la garita, la aduana que es una notable casa de madera de dos pisos con balcones  y el viceconsulado ingles donde se aprecia izada la bandera del reino británico (Ver imagen N° 6).

Cuando visitó el naturalista Antonio Raimondi el puerto de Islay escribió que: “Las principales casas de la población forman una gran calle ligeramente inclinada hacia el mar y que conduce al muelle” (Raimondi, 1875, 512) podemos inferir que se refiere a la “Calle de la iglesia” la misma que menciona Flora Tristán y paso obligado entre el puerto y la zona urbana. También, Raimondi nos dice que “Esta calle tiene aceras de madera, siendo este el único material de construcción; no por falta de piedras, pues precisamente abunda, sino por falta de agua para hacer la mescla y preparar los adobes” (Raimondi, ibíd.). En la visita que hicimos a las ruinas del puerto (28-01-2023) se pudo observar restos algunas calles empedradas (Ver imágenes de la N° 15 -19). 

Sobre la fuente de agua y plaza principal de Santa Rosa de Islay el naturalista italiano escribió que: “Es traída [el agua] a Islay por medio de una cañería de fierro, la que está conectada a dos pilas situadas en la plaza principal y continua después hasta el muelle […] El agua excedente de las pilas de Islay, la reúnen para que no se pierda en unos pozos que sirven de abrevadero para las bestias” (Raimondi, ibíd.). El trazo y ruinas de las dos plazas se pueden apreciar tanto en plano de Paz Soldán y la fotografía aérea del S.A.N (1956); los dos espacios públicos se denominaron: “Plaza del Mercado” y “Plaza de la Aduana”; la primera, posiblemente la principal porque estuvo ubicada frente a la iglesia y casa del Correo; además, de ser lugar de abastecimiento y/o comercio de la población de Santa Rosa de Islay. La otra, estuvo ubicada frente a la Aduana y muy cerca al puerto. La cañería de agua posiblemente no fue de fierro, como apunta Raimondi, sino de barro a cocción como se puede apreciar en los restos de sus ruinas (Ver imágenes N°20, 21 y 22).   

Sobre el servicio de hospedaje y vida cotidiana Raimondi apunta que: “En Islay hay algunos hoteles bastante regulares, de manera que el viajero puede hallar un cómodo alojamiento.  El paseo público consiste en un camino llano que va hacia la punta que defiende al puerto por el lado sur. Este lugar, aunque desprovisto de vegetación, se ve en la tarde, aplacado el calor, muy concurrido por algunas personas que van a gozar de la fresca brisa y de la vida del mar” (Raimondi, ibíd.). Para finalizar este dato sobre el área urbana y cantidad de población en el puerto de Santa Rosa de Islay, para 1862 el área urbana del puerto de Islay tenía 400 casas, mayormente de madera, y una población de 1554 habitantes, según el censo de la época.     

  

BIBLIOGRAFÍA

 BONILLA, Heraclio. Islay y la economía del sur peruano en el siglo XIX. EN: Apuntes, N° 2. Revista del Centro de Investigación de la Universidad del Pacifico.  Lima 1974.

CARRASCO, Sergio. Arequipa. Visita General, siglos XVI – XX. Ed. UCSM. Arequipa 2001. 

CONDORI, José Víctor. Cambio político y crisis económica en Arequipa a inicios de la república, 1825 – 1827. En: Cuadernos de Historia. Ediciones Rhojita. Arequipa 2012.  

DE TORRES MUÑOZ, Manuel. Crónica del Pueblo de Islay. EN: Revista Mollendo. Órgano del Círculo Cultural Carlos Baca Flor. N° 4 Mollendo 6 de enero 1960. 

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TRISTAN, Flora. Peregrinaciones de una paria. Edit. El Comercio. Lima 2005

PAZ SOLDAN, Mariano Felipe. Atlas Geográfico del Perú.  Librería de Augusto Durand.  París 1865. Pág.  LIX.

RAIMONDI, Antonio. El Perú. Historia de la geografía del Perú. T – II. Imprenta del Estado, calle De la Rifa N°58. Lima 1876.

RAVINES, Rogger. El puerto mayor Santa Rosa de Islay: 1850- 1870. Apreciaciones arqueológicas. En: Boletín de Lima. Órgano de la Asociación Cultural Boletín de Lima. Vol.  XXXII, N° 159.  Lima 2010. 

WITT, Heinrich. Diario, 1824-1890. Un testimonio personal sobre el Perú del siglo XIX. Vol. 1: 1824-1842. Ed. Banco Mercantil. Lima 1992

 




aptura Imagen N° 1. Captura de imagen, Google Earth 2024. Entre la vía de ingreso al terminal pesquero – “Muelle El Faro”, la planta de almacenamientos de ácidos, la zona de viviendas de funcionarios: “Villa TISUR” y los almacenes del mismo puerto se encuentra las ruinas de la zona urbana del desaparecido puerto de santa Rosa de Islay, que funcionó entre 1827 y 1871, en un área aproximada de 156,400 m2, terrenos que actualmente son de propiedad del Terminal Portuario de Matarani – concesionados a la Empresa Terminal Internacional del Sur (TISUR) en el distrito y provincia de Islay; no obstante, declarado Patrimonio Cultural de la Nación con la denominación “Sitio Arqueológico de Pueblo Viejo”, Resolución Directoral N° 700/INC/09-05-2006.

Imagen N° 2. Banner ubicado al ingreso de las ruinas del pueblo de Santa Rosa de Islay, colocado por el Ministerio de Cultura donde se lee la declaración de Patrimonio Cultural de la Nación, bajo Resolución Directoral N° 700/INC/09-05-2006, el “Sitio Arqueológico de Pueblo Viejo”.  (Fotografía de archivo personal. 2019)    

Imagen N° 3. Fotografía aérea tomada por el Servicio Aerofotográfico Nacional en el año de 1956.

El poblado del puerto de Santa Rosa de Islay se estableció en un promontorio alto y entre dos quebradas como se puede observar en la fotografía aérea del S.A.N. número 8728 del donde se aprecia las ruinas de Islay entre las quebradas denominadas de Guerreros y Matarani que desembocan en el mar. 


Imagen N° 4. Plano topográfico de la zona urbana de las ruinas de Islay. Tomado de Ravines Roger. El puerto Mayor Santa Rosa de Islay. Apreciaciones arqueológicas. EN: Boletín de Lima, 2002, pág. 71.

Imagen N° 5. Plano topográfico de la ciudad de Islay”. Tomado de: Paz Soldán Mariano Felipe. Atlas Geográfico del Perú, Librería de Augusto Durand. París 1865.  PL.  LIX

En el puerto de Santa Rosa de Islay se construyeron edificios públicos como: un templo donde funciono la viceparroquia creada por el Obispo José Sebastián de Goyeneche en 1827, un viceconsulado Ingles y una oficina de Aduana cuya referencia encontramos en la crónica de viaje de Flora Tristán, un mercado de abastos, dos plazas, casa de correo, subprefectura, escuela, hotel, puestos de vigías, garita, guardianía, muelle y  cementerio; además de edificios privados, como se puede ver: en el plano elaborado por Mariano Felipe Paz Soldán en 1862  que nos da una imagen de un asentamiento urbano ordenado.

Imagen N° 6.  Puerto de Islay. Tomado de Paz Soldán Mariano Felipe. Atlas geográfico del Perú”. Liberia de Augusto Durand. París 1865. PL. XXXXVI.

Observando el grabado de A. Simeón sobre el puerto de Islay que insertó Mariano Felipe Paz Soldán para ilustrar su “Atlas geográfico del Perú” (1865) y el plano topográfico publicado en el mismo libro, podemos deducir que se aprecia en el mencionado grabado  la pequeña garita del muelle sobre un promontorio rocoso frente al mar, el fuerte construido sobre la parte alta de la garita, la aduana que es una notable casa de madera de dos pisos con balcones  y el viceconsulado ingles donde se aprecia izada la bandera del reino británico. 

Imagen N° 7. Paredes de pirca en las ruinas del puerto de Santa Rosa de Islay 


Imagen N° 8. Paredes de pirca en las ruinas del puerto de Santa Rosa de Islay


Imagen N° 9. Paredes de pirca en las ruinas del puerto de Santa Rosa de Islay; restos de las gradas de ingreso a una vivienda. 


Imagen N° 10. Paredes de pirca en las ruinas del puerto de Santa Rosa de Islay


Imagen N° 11.  Paredes de pirca en las ruinas del puerto de Santa Rosa de Islay


Imagen N° 12.  Paredes de pirca en las ruinas del puerto de Santa Rosa de Islay


Imagen N° 13.  Paredes de pirca en las ruinas del puerto de Santa Rosa de Islay, ruinas posiblemente de la Aduana ubicada al ingreso del puerto. 


Imagen N° 14. Paredes de pirca en las ruinas del puerto de Santa Rosa de Islay


Imagen N° 15. Restos del empedrado de las calles de la zona urbana del puerto de Santa Rosa de Islay


Imagen N° 16. Restos del empedrado de las calles de la zona urbana del puerto de Santa Rosa de Islay


Imagen N° 18.   Restos de empedrado de las calles de Islay           

Imagen N° 19. Restos de empedrado de las calles de Islay                                 

Imagen N° 20. Restos de empedrado de las calles de Islay                                 

Imagen N°20. Restos de la cañería de ladrillo para abastecimiento de agua de la pilas de la zona urbana del puerto de Santa Rosa de Islay                          


Imagen N°21. Restos de la cañería de ladrillo para abastecimiento de agua de la pilas de la zona urbana del puerto de Santa Rosa de Islay                          


Imagen N°21. Restos de la cañería de ladrillo para abastecimiento de agua de la pilas de la zona urbana del puerto de Santa Rosa de Islay                          


Imagen N° 23. Trazo de la calle principal de la zona urbana de Santa Rosa de Islay; esta se inicia en el puerto, cruza las dos plazas, hasta a las afueras del poblado.  



Imagen N° 24. Trazo de la calle principal de la zona urbana de Santa Rosa de Islay; esta se inicia en el puerto, cruza las dos plazas, hasta a las afueras del poblado.


Imagen N° 25. Trazo de la calle principal de la zona urbana de Santa Rosa de Islay; esta se inicia en el puerto, cruza las dos plazas, hasta a las afueras del poblado.


Imagen N°22. Restos de la fuente la fuente de agua de la Plaza del Mercado, frente a la iglesia y la casa del correo del puerto de Santa Rosa de Islay























 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 27 de enero de 2024

LA CALETA ARANTAS EN LAHISTORIA

Desde la desembocadura del rio Quilca y hacia el sureste se forman un grupo de cerros de mediana altura y barrancos conocidas como lomas, en este espacio geográfico y a cuya distancia de siete millas de Quilca se ubica la caleta de Arantas, se reconoce a esta desde altamar porque en su entrada se levanta un pequeño islote o peñón blanquecido por el guano; según el capitán de la Marina del Perú Abdon Aranibar Pinto: “El fondeadero de Aranta, al igual que el puerto de Quilca está en mar abierto y carente de abrigo, a unos 730 metros de la costa y con fondos de 33 a 37 metros bajo mar. Se puede reconocer esta caleta porque en la entrada hay un pequeño islote de color Blanquecino. La caleta de Aranta era visitada siempre por expertos marisqueros quienes extraían de las peñas: tolinas, lapas barquillos y el cochayuyo; también, comercializaban el marisco secado en forma de tiras y el cochayuyo en planchas, las huevas de pez volador que varada entre el aracanto los hacían secar, de igual forma el pescado en salpreso […] esta caleta tiene aguada y de sus huertos cosechan frutos y hortalizas entre otros. También una compañía japonesa muy cerca de la caleta explotó una mina de Mica, de igual forma disponían una carretera de trocha que llegaba al valle de Vitor” (ARANIBAR, 2000, 17).

Islote de Arantas 

Caleta de Arantas 


Arantas y otras caletas desde tiempos prehispánicos

Arantas, Honoratos, La Huata, Ancumpita, La Francesa, San José, Huacchiray, Calahuani, entre otras, forman un complejo de caletas, playas y lomas, como ya dijimos ubicadas entre el valle del río Quilca y el actual puerto de Matarani; este espacio costero fue ocupado desde tiempos prehispánicos por las  comunidades de Collaguas y Cabanas del valle del Colca quienes tenían parcialidades, esta situación ha perdurado hasta bien entrado el siglo XX como lo han estudiado Juan José Cuadros en “El control vertical ecológico de un máximo de pisos” (1973); Edmundo Corrales Valdivia en su artículo “El mito tenía razón” (1983), Nelson Manrique en “Colonialismo y pobreza campesina, caylloma y el valle del Colca siglos XVI –XX” (1986), Shozo Masuda en “Estudios etnográficos del Perú meridional” (1981)   y Juan Huanca Mayhua en su tesis para optar el grado de Licenciado en historia  “El circuito del cochayuyo en el siglo XX y la presencia del control del litoral de Islay por el pueblo de Sibayo  - Caylloma” (2005).

Según Corrales “El modo de acceso de los pastores de Sibayo al litoral de Islay tenía lugar mediante las migraciones estacionales; es decir, movimientos de población que se llevaban a cabo en una determinada estación o temporada del año, llegaban al litoral en la época de invierno y permanecían hasta el mes de noviembre y algunos hasta el mes de diciembre; es decir, que dejaban a Sibayo en la época que empezaban las heladas y el clima frio y seco” (Corrales, 1983, 67).    La parcialidad que la comunidad de Sibayo tenía en la costa se atribuía a la distribución que hizo el dios Inkarrí, el mito lo recogió Franklin Pease en “La versión ecológica del mito Inkarrí” (1977); según el infórmate de Pease, un lugareño de 43 años de mediados del siglo XX, le comunicó lo siguiente: “en Callalli los ayllus estimaban bastante al Inca, a Callalli y Sibayo les dejaba el Inkarrí tan solamente leña y ganado, porque como era tan alto no podían tener sembríos, leña y pasto mayormente les dejaba. A los de Sibayo les daba el mar, o sea las lomas donde tienen sus propiedades, cada año hasta la fecha van a pescar y a traer esas verduras, cochayuyo dicen” (Pease, 1977, 105).         

El espacio de ocupación de la comunidad de Sibayo entre Quilca e Islay comprendía aproximadamente 30 km. desde la quebrada Mollendito a los 16°54´20” de latitud sur, hasta la caleta de Arantas a los 16° 47´ 31” en la misma latitud, donde se encuentran los siguientes lugares: punta El Águila, quebrada Mollendito, punta Pozo Hondo, quebrada Tarpuy, quebrada y punta Coloca, punta Yana-yana, punta y quebrada Contayane, punta La Condenada, punta y Quebrada Honda, punta Los Arces, caleta Difuntos, punta Carrizal, punta y caleta Centeno, caleta Tutuy, punta Los Ángeles, punta Hornillos, caleta Honoratos, punta Al Aire, caleta La Huata, punta Acumpita, punta La Francesa, punta San José, playa la Chicanera, punta La Sorda, Punta Brava y caleta de Arantas (Corrales, ibíd.); en este sector la comunidad de Sibayo construyeron los “hornos”, infraestructura indispensable en el proceso de secado del cochayuyo, se construyeron de piedra formando depósitos cilíndricos con techo abovedado, tapa muy pequeña y cubrían todo el horno con una capa de ceniza volcánica que daba un hermetismo total, esencial para la conservación de esta alga en invierno; sin embargo, hay “hornos” de una sola piedra erosionadas naturalmente de tal manera que solo fue necesario acondicionar la tapa; no obstante, atribuyen su construcción al dios Inkarrí “dicen que era un dios poderoso que arreaba las piedras con un látigo, y las piedras le obedecían, y se iban ordenando y formando los andenes […] cuando vino a la orilla a repartir las chacras, dicen que el hizo los primeros hornos de una sola piedra en la utaña de la punta […]  esos son los más antiguos y dicen los hizo el inca […] después todos los demás los hemos hecho nosotros” (PEASE, 1977).    Las mitas mineras, de plaza, obrajes y la política de reducciones indígenas hicieron que algunos pueblos perdieran sus accesos en el litoral del Pacífico y otras zonas del virreinato peruano; no obstante, a la comunidad de Sibayo se le respeto sus usos y costumbres en el litoral, que ha devenido hasta la actualidad.

Arantas en las descripciones, derroteros y mapas

Desde la fundación de la ciudad de Arequipa, 15 de agosto de 1540, se utilizaron las caletas prehispánicas de Arantas, Quilca, Islay, Chiguas, Chule y Mollendo como puertos de entrada y salida de géneros hacia ultramar o como cabotaje; sin embargo, solo Chule y Quilca fueron declarados puertos mayores indistintamente durante el virreinato peruano; no obstante, Arantas cupo un rol importante para la navegación, cabotaje y comercio, es por ello que la caleta figuró en las descripciones, derroteros y mapas desde inicios del virreinato peruano; así es que por cedula del 15 de febrero de 1623 don Fernando de Cordova virrey del Perú, amparó al vecindario de Arequipa en la posición de los puertos de Ilay (Islay) y Aranta, con lo cual quedó prácticamente derogada la consabida cedula del virrey Príncipe de Esquilache que omitía a esta caleta como puerto; esta cedula se encuentra en el tomo II de cedulas y provisiones del archivo municipal de Arequipa (CUNEO, 1954).

En el “Derrotero General del Mar del Sur” del Capitán Pedro Hurtado de Mendoza de 1730 se encuentra en el folio 98 un gráfico de costa de Arequipa entre el río de Camaná y la punta de Ilay (Islay), donde se dibuja el puerto de Aranta como una caleta notable frente a lomas y olivares; debajo de la lámina Hurtado de Mendoza realiza una descripción de cómo llegar y anclar en dicho lugar: “De Camaná a Quilca a Quilca que por otro nombre se llama Aranta hay 5 leguas. Del puerto de Aranta a la isla de guano 3 leguas y en derecho desta isla a la punta esta la punta de Cornejo. Cuando vengas en busca del puerto de Aranta, luego que montes la playa de Cornejo has de tirar camino de NO, y por fondo de 34 brazas caminad  a un cerro alto que veras luego que montes punta de Cornejo, y también veras dos tetitas que salen por encima de este cerro, que conforme fueres para abajo se van ocultando y te quedara solo el cerro alto, y veras el olivar y la caleta de Aranta, daras fondo en 43 brazas, porque si van más para tierra daras en mal fondo y se te cortará el cable” (FPMGP, 1993).    

En 1792 en Intendente de Arequipa Antonio Álvarez y Ximenez realizó la vistita al curato de Tambo, respecto a la caleta de Arantas escribió que se ubicaba dentro del territorio de dicho curato; al visitarla escribió lo siguiente: “Siguiendo el mismo rumbo al norte continua la costa […] y en ella se halla el puerto de Aranta de peligroso fondeadero y la caleta de Mollendo donde se abrigan embarcaciones pequeñas” (BARRIGA, 1947)

En la descripción de la costa del Perú de 1822, se lee “La caleta de Aranta está a diez millas de la punta cornejo y a cuatro millas S.E. DE LA DE Quilca. Este lugar en donde los navíos de comercio hacen su descarga en la época en que el rio Quilca se desborda e interrumpe constantemente las comunicaciones entre Quilca y Arequipa […] la aduana de Quilca se establece entonces en Aranta y se queda allí durante los meses de febrero a marzo. Se ancla frente a frente de la caleta de Aranta, muy cerca de tierra; el oleaje no es fuerte dentro de la ensenada y se puede desembarcar fácilmente” (COFIDE,1992) luego hace una descripción del formidable fondo de esta caleta apto para el anclaje de los barcos como también del atracadero que para ubicar esta caleta es necesario percatarse de la coloración rojiza de los cerros que se elevan frente a esta caleta.

Sin embargo en el “Derrotero de la costa del Perú” de Aurelio García y García (1863) nos dice “Tiene un pequeño islote blanco al sur, por el que puede conocérsele, algunos han pretendido cambiar a este punto el puerto de Islay [….] pero jamás será acogida por ningún gobierno pue […] las bravezas son muy frecuentes” (GARCIA, 1863, 49); este autor también escribe que en Aranta se “han pretendido cambiar a este punto el puerto de Islay. Tal idea solo ha sido patrocinada por algunos hacendados de las inmediaciones, pero creemos que jamás será acogida por algún gobierno, porque después de no ofrecer ventajas importantes, se toca en serios inconvenientes, cuales son las bravezas frecuentes y muy sensibles y ningún abrigo para los buques grandes. El fondo es    de piedra de veinte a veintiún brazas” (GARCIA, 1863, 50), esta se confirma con la descripción que hace el Capitán de Travesía de la Marina del Perú Abdon Aranibar, antes citada: “El fondeadero de Aranta, al igual que la caleta de Quilca, está delante de la Cala, en mar abierto y carente de abrigo, a unos 300 metros de la costa y con fondos de 18 a 20 brazas de agua” (ARANIBAR, 2000, 18).

En 1996 visitó esta caleta el viajero Ricardo Espinoza quien dio datos importantes sobre nombres de los lugares vecinos entre Aranta y la caleta La Huata. Espinoza afirma que en la caleta de Aranta vive buena parte del año un solo hombre conocido como el “Aranteño” quien se dedica al cultivo de higos en este lugar; y fue este lugareño quien menciono los nombres de las caletas vecinas a Espinoza, y son: Punta del medio, punta Yani Yani,ensenada La Chicanera, caleta La Brava, caleta La Sorda, punta El Toro, caleta San Jose, caleta La Francesa, caleta Ancupita, punta Quinza Cruz, luego esta caleta la Guata. 

 

Bibliografía

ARANIBAR PINTO, Addon, Mollendo su historia marítima en imágenes. Ed. Privada. Mollendo 2000.

BARRIGA VELARDE, Víctor. Memorias para la historia de Arequipa. Imprenta La Bolsa. Arequipa 1948.

CORRALES VALDIVIA, Edmundo. El mito tenía razón. En: Historia n°2, Universidad Nacional de San Agustín. Arequipa 1996.  

CUNEO VIDAL, Rómulo. Los cuatro puertos de Arequipa. Revista Escocia N°12. Arequipa 1937

ESPINOZA REYES, Ricardo. El Perú a toda costa”.  EDITUR. Lima 1996.

GARCIA Y GARCIA, Aurelio. Derrotero de la costa del Perú. Tipografía de Aurelio Alfaro. Lima 1863.

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