jueves, 15 de febrero de 2018

UN VIAJE EN TREN

La construcción del ferrocarril de Arequipa a Mollendo hizo que  cambiara la forma de viajar de los tambeños, atrás quedaron los caminos de herradura, mulas y arrieros. Los viejos tambos, que servían de descanso en el viaje, quedaron al olvido. El ferrocarril trajo esperanza al valle de Tambo y también a las haciendas que existían, pues de alguna manera los productos de estas, llegarían rápido a la “ciudad blanca”  y hasta Bolivia; algunos comerciantes (intermediarios) se enriquecieron  con la venta de ají al país del altiplano; pero los viajes eran todo un acontecimiento, viajar a Arequipa u otras ciudades del sur andino era una novedad y espectáculo. Aquí un recuerdo de esos viajes desde el valle de Tambo.       

EL TREN Y EL VIAJERO  

Resultado de imagen para ferrocarril de arequipaEl tren salía de Arequipa a las ocho de la mañana y llegaba al valle de Tambo dos o tres de la tarde, primero a la estación de Cachendo donde las locomotoras enfriaban, luego a la estación de Tambo, cerca a Cocachacra; después a la estación de la Ensenada, donde los punteños esperaban a sus familiares; el tren seguía hasta Mejía donde también se construyo una estación, que en el verano fue muy concurrido; y finalmente Mollendo.     

La llegada del tren a la estación de la Ensenada era motivo de alegría, alli se compraban alfajores, mazos de caña y chancaca, tortillas de camarón, alfeñiques, miel de caña, etc.; el viajero tenía que llevar obligadamente estos productos tambeños a Arequipa, donde arribaba orgulloso después de saborear un chupe de camarones o un plato de locro en Vítor, o de sufrir mareos en Qusihuarani.
El tambeño era un viajero característico, algunos usaban por primera vez terno y zapatos y subían al tren cargados de saquillos de zapallos, camotes, caña, ají, y oros productos.  No faltaron los que perdían el tren en Vitor al demorarse en comer los sabrosos paltos que allí vendían.         

EL VIAJE DESDE LA PUNTA DE BOMBÓN

La estación de la Ensenada era el punto de concentración de los punteños para abordar el tren, pues estaba a 5 km., para llegar a la estación se salía del pueblo de La Punta por el crucero en dirección hacia la curva (por la plaza actual), luego subían el cerro Guardiola hacia la estación.

El 8 de junio de 1906 entro en funcionamiento el ferrocarril de trocha angosta de la hacienda Pampa Blanca, el trazo de este ferrocarril era desde la misma hacienda- Cocachacra- el arenal- y subía a la estación de la Ensenada por el cerro Guardiola; es así que lo punteños aprovecharon las pequeñas locomotoras,  para llegar  a la Ensenada desde Guardiola (La curva). En 1915 los López de Romaña  también construyeron un ferrocarril de trocha angosta paralelo al de Pampa Blanca. Los dos tenían vagones para los viajeros.

UN SUSTO DE VIAJE
Resultado de imagen para biografia de eduardo lopez de romañaEn junio de 1871 la familia López de Romaña decidió viajar a su hacienda, Chucarapi, en el valle de Tambo. En una carta que  escribió doña María Carmen Bustamante y Gamio,  abuela materna de Eduardo López de Romaña, que posteriormente fue presidente de nuestro país, nos describe su experiencia del primer viaje en tren: “Arequipa, setiembre 18 de 1871. Mi amado hijo, mi Eduardo. Aunque sea a última hora por la alteración de la marcha de los vapores, no quiero dejar de saludarte desde esta hacienda a donde llegue hace ocho días sin novedad, aunque después de los grandes sustos que me ocasionó el ferrocarril, en el que creí no me resolvería andar. Puedes imaginarte cumplí antes con todos los deberes del cristianismo, recibiendo el viático y la estrema unción como el que va a dejar el mundo; tal era pues mi terror de viajar por este nuevo sistema, tan diferente del que habíamos empleado antes, en que tan pacíficamente y en tren de caravana, acompañados de campanillas y esquilas; de tiendas de campaña, barriles de agua, alforjas, ollas y cantaros emprendíamos alegremente la marcha; y esto sin contar las jabas y los serones en donde iban los niños. Así se hacía en tres días este pesado camino, cuando hoy se necesitan apenas 5 o 6 horas. En el ferrocarril solo tuvimos uno y fue que, habiendo llovido la noche anterior, y temiendo se hubiese descompuesto en Cahuintala salió una maquina chica de Mollendo a inspeccionarlo, de modo que el tren de Mollendo, con ese retardo, no pudo salir de Tambo hasta la una del dia, cuando debió salir a las 9 de la mañana, resultando que el de Arequipa en que veníamos tuvo que esperar en la joya esas tres o cuatro horas, de modo que en lugar de llegar a la estación de Tambo a las 3 de la tarde, llegamos a las 7 de la noche, haciendo el camino hasta Chucarapi en horas tan incompetentes. Hubieron muchos mariados [mareados], porque en este ferrocarril hay mucho mareo como en el mar…”.

EL FIN DEL FERROCARRIL

La carretera panamericana acabo con este ferrocarril desde mediados del siglo XX, que luego fue desmantelado en 1990. Las estaciones de Huagri, Cachendo, Pocso, Tambo y la Ensenada están deshabitadas y en ruinas, su actividad, solo queda en el recuerdo de los viejos tambeños. 

LOS CAMINOS Y VIAJES A TAMBO Y MOLLENDO

Viajar en estos días al valle de Tambo o Mollendo es tan rápido como conseguir movilidad, a pesar de algunos inconvenientes para abordar a una, por lo demás creo que la situación ha mejorado, digamos desde hace unos veinte o cincuenta años atrás. 

Viajar al valle de Tambo y cruzar el desierto, que comúnmente denominamos “La Pampa de La joya", Cachendo o Islay, me hizo reflexionar sobre los viajes de Arequipa a la costa, siguiendo tortuosos caminos, que me atrevería a decir que son rutas desde tiempos prehispánicos.

LOS CAMINOS PREHISPANICOS LAS MISMAS RUTAS DE HOY

Resultado de imagen para CAMINOS PREHISPANICOS DE AREQUIPAAugusto Cardona en su libro “Caminos prehispánicos de Arequipa” ha ubicado las rutas que utilizaron las comunidades andinas hacia la costa, siguiendo el curso de los ríos; Tambo fue uno de ellos; es así que los Puquinas, una comunidad de las alturas de Moquegua,  comercializaban el guano con los curacas de los pueblos de Chiguata, Pocsi, Ubinas y el valle de Tambo, además de poseer un parcialidad o derechos en las islas de la caleta de Cocotea. Las comunidades de Collagua y Cabanas del valle del Colca tenían parcialidades en Quilca y Aranta, que ha perdurado hasta bien entrado el siglo XX, como lo ha estudiado Juan Huanca en su libro “El circuito del cochayuyo en el siglo XX y la presencia del control del litoral de Islay por el pueblo de Sibayo  - Caylloma”. 

Luego de la conquista hispana varios de los caminos  prehispánicos  fueron abandonos o integrándose de acuerdo al establecimiento de las ciudades. Arequipa se fundó en 1540  y se convirtió en una ciudad de paso la costa hacia el alto Perú y Cusco. El puerto de Chule, ubicado entre Mejía y Mollendo, fue la puerta de entrada y salida a ultramar, el Cabildo de Arequipa acordó en 1556 la construcción de un camino real al puerto de Chule.

Resultado de imagen para CAMINOS PREHISPANICOS DE AREQUIPADel Valle de Tambo hacia Arequipa se subía  la quebrada “Cahuintala” o por la de “Linga”, la primera partía del pueblo de Cocachacra y la otra de El Toro en valle arriba. “Cahuintala” llegaba hasta la estación de Tambo donde se unía con el camino que salía de Islay, Chule  y La ensenada, continuar por la misma hasta  unirse con la quebrada de “Linga”  para luego ascender los cerros de “La Caldera” y descender por la quebrada “Sal si puedes” o de “Las siete vueltas” hasta Congata, Quequeña, Yarabamba, socabaya, y  entrar a la ciudad del Misti por la antigua calle de  “La Mar” hoy La Merced. Este era prácticamente el antiguo camino real que partía de Chule y pasaba por el valle de Tambo.  

Con la creación del puerto de Santa Rosa de Islay en 1827 se empezó a utilizar el camino de herradura de la quebrada de Guerreros hasta la Joya, donde se estableció un Tambo, punto obligado de descanso donde se encontraba alimento, alojamiento y bebidas, además de alfalfa para las bestias, luego  cruzaban el desierto hasta el tambo “La Jara” en las faldas de los cerros de “La Caldera” para unirse al camino que partía del Valle de Tambo.
 Resultado de imagen para ferrocarril de arequipa a la costa

LOS VIAJES Y LOS TAMBOS

Resultado de imagen para flora tristanEn 1833 la célebre escritora Flora Tristán,  llego de Francia  para reclamar la herencia de su padre a su tío Pio Tristán, personaje acaudalado e influyente del Perú de inicios de la republica, Flora Tristan  desembarco en el puerto de Islay, y para continuar su viaje a la “ciudad blanca”, partió de Islay la madrugada del 11 de setiembre en una caravana de mulas,  subió por la quebrada de Guerrera, como ella lo anota, a una legua de Islay, y encontró fuentes de agua, arboles y unas cabañas, lo que debieron ser las lomas; cruzo la quebrada con las fatigas ocasionas por el sol y el polvo; al llegar al desierto, la arena quemaba tanto que pregunto si estaban sobre metal fundido, y le impresiono la arena tan caliente que le parecía vidrio fundido. Sus acompañantes le dijeron que era espejismo y que las mulas apuraban su paso porque creen ver agua a la distancia.

Llegada la noche llegaron a un Tambo, que debió ser el de La Joya; la autora nos dice: “que este no existía sino desde hacía un año, y que la casa constaba de tres piezas separadas por divisiones hechas de caña, la primera de las piezas estaba destinada a los arrieros y sus bestias y servía al mismo tiempo de cocina y almacén; y que los viajeros de uno y otros sexo se acostaban por lo general en la pieza del centro…”; Flora Tristán se acostó muy temprano  pero no pudo dormir por las pulgas que encontró, más abundantes que en Islay, además del ruido que hacían en la habitación. Allí escucho a sus acompañantes decir que la señorita Tristán no llegaría viva a Arequipa pues el viaje era infernal, y que lo mejor sería llevarla en una litera.

La Tristán se despertó muy temprano, bebió bastante café y puso en marcha a la caravana, sin embargo el trayecto del tambo hasta la ciudad fue horroroso para ella, porque vio animales muertos, una tumba y al cruzar la quebrada  “La Caldera” el sol fue tan sofocante para ella que la asfixiaba. Por fin después de dos días de viaje llego a Congata, donde se recupero para luego llegar a la casa de su tío en Arequipa.  Flora Tristán describe este viaje  en el capítulo VII, titulado El Desierto, en su libro “Peregrinaciones de una Paria”, así como ella otros viajeros escribieron también su testimonio de la travesía al cruzar el desierto.   

LOS CARNAVALES DE ANTAÑO EN LA PUNTA DE BOMBÓN


“Cháncame cháncame
 Cháncame los huevos
Si no me los chancas quédate con ellos” (bis)

Con este estribillo tan popular, comenzaban los carnavales de antaño, pues se referían a los huevos de gallina que se recolectaba para tirarlos sobre alguien; estos se preparaban con anticipación quitándoles la clara y yema del mismo por un pequeño orificio que luego se llenaban con agua de color, una mezcla con anilina, y cerraban el orificio con cera caliente. Algunos los utilizaban enteros y si eran “loctos” mejor. Esta vieja costumbre  fue remplazada por los globos.

Los huevos tenían que ser inevitablemente de gallina ya que alegres comparsas de mujeres también  recitaban el estribillo mencionado. Luego seguían con otros cantos  no menos jocosos como: 

“De aquel cerro verde
Baja don pascual 
Con pistolas de oro
Y bolas de cristal”.

También se entonaban estribillos alusivos a personajes y lugares ambientados en el valle de Tambo:

"La maquinita de Lira 
 La maquinita de Lira 
Echa humo sin carbón 
Asi están estas cholitas 
Tiran prosa sin calzón”.

Esta copla hace alusión  a Víctor Lira, quien fue dueño de la hacienda Pampa Blanca en ese valle.  

Cuando la temperatura llegaba al “clímax”, y el jolgorio  era tal, se iniciaba una predisposición a intervenir en el juego así no lo quieras. No faltaba alguien más atrevido o atrevida que soltaba un verso  “caliente”, aludiendo al desaire, al amor o al erotismo, como el conocido “putita de verano…” o el el estribillo: 

“Señora vecina
su gallo es malero
 porque a mi pollita
 le ha abierto el agujero”

y otros que por censura no es conveniente mencionar.

Si el carnaval comenzaba en la chacra, ahí no más estaba la acequia  para darle un remojón a la vecina aun esta fuera casada, pues el esposo no se iba a molestar  porque este con entusiasmo haría lo propio con tu hermana o con tu mujer hasta que se formaban las pandillas de antaño, que junto con los cantos se convertía en una contienda entre varones y mujeres, cantando y respondiendo, algunas coplas realmente eran improvisadas al momento, lo que en efecto causaba alegría y risas como: 

“Quisiera ser pajarito
con patitas de algodón
 para posarme en tu pecho
 y sacarte el calzón…”. 

El carnaval que ya comenzó en la chacra seguía con la recordada “chaya” que se pronunciaba cuando se mojaba  a la pareja o se embadurnaba el rostro con una tajada de melón o sandia, que por ser en febrero, abundan estos frutos en las chacras cerca a la playa. Luego avanzaban hacia el pueblo. 
   
Resultado de imagen para carnavales en la punta de bombonLos carnavales duraban tres días con sus noches principalmente, comenzaba el domingo, y terminaba el miércoles de ceniza donde la viuda del “ño carnavalon” llegaba a la orilla del mar  cantando: “Carnavalito, carnavalito/ hasta cuando me vas a tener sollozando. La viuda sigue llorando su mala suerte; y decía tristemente, no sé si te esperare o tal vez no llegare al año entrante”, o “Carnaval porque tan pronto te vas/ porque no te quedas ocho días más”.




Por la década de 1930 en  las noches de carnaval salía disfrazado de mujer don Enrique Guillen, pintando a quien se le cruzara en el camino; un verso de Santiago Almonte Valdivia pinta de lo mejor esta escena:

“Y don Enrique Guillen, era la reina de la jarana
se disfrazaba de gitana, que le quedaba muy bien
taco aguja y sostén, con cartera y sombrero
recorría el pueblo entero entre sonrisas y besos
se ganaba los aplausos de todos los carnavaleros
conformaban la pandilla la “mona” Elsira Carrera
también la Julia Rivera la Fresia y la Julia Ercilia
también había chiquillas como la “loca” Soledad
jugaban con ansiedad mojando a los que pasaban 
pues a nadie respetaban/  ahí no valía la edad”.       

Ahora lo hacen a su manera Carlos Rivera, Udamar Alvarez,  Elena Torres (La Capacha) y Vilma Gómez, que según referencias es quien tiene mayor repertorio de coplas de carnaval, y están publicadas en la web de la Revista La Punta. Ellos nos  divierten mucho en esta fiesta.  Pero “mañana” ¿Quienes cumplirán el rol, de animar las fiestas de carnavales? JULIO VALDIVIA O. y “los cañitas”,  que  hoy han organizado “Las pandillas de carnavales” en Punta de Bombón para cantar y mojar a todos como antes, dicen.

No falto alguna autoridad que por mantener el orden social del pueblo, suprimió bajo mandato de alcaldía los carnavales, para tal hecho se hizo una copla: “Vamos a Mollendo/ allá esta mejor/ no tienen alcalde/ ni gobernador”.

El carnaval es una fiesta social, popular, donde intervienen todos, y creo que van contra todos, me recuerda una copla que resume en conclusión  esta diversión: “aunque nos critiquen/ Nada nos importa /Que en el carnaval /Todo se soporta.”
Resultado de imagen para carnavales en la punta de bombon