“Cháncame cháncame
Cháncame los huevos
Si
no me los chancas quédate con ellos” (bis)
Con este estribillo tan popular,
comenzaban los carnavales de antaño, pues se referían a los huevos de gallina
que se recolectaba para tirarlos sobre alguien; estos se preparaban con
anticipación quitándoles la clara y yema del mismo por un pequeño orificio que
luego se llenaban con agua de color, una mezcla con anilina, y cerraban el
orificio con cera caliente. Algunos los utilizaban enteros y si eran “loctos”
mejor. Esta vieja costumbre fue
remplazada por los globos.
Los huevos tenían que ser
inevitablemente de gallina ya que alegres comparsas de mujeres también recitaban el estribillo mencionado. Luego seguían
con otros cantos no menos jocosos como:
“De
aquel cerro verde
Baja don pascual
Con pistolas de oro
Y bolas de cristal”.
También se entonaban estribillos alusivos
a personajes y lugares ambientados en el valle de Tambo:
"La maquinita de Lira
La maquinita de Lira
Echa humo sin carbón
Asi están estas cholitas
Tiran
prosa sin calzón”.
Esta copla hace alusión a Víctor Lira, quien fue dueño de la hacienda Pampa
Blanca en ese valle.
Cuando la temperatura llegaba al “clímax”,
y el jolgorio era tal, se iniciaba una
predisposición a intervenir en el juego así no lo quieras. No faltaba alguien
más atrevido o atrevida que soltaba un verso
“caliente”, aludiendo al desaire, al amor o al erotismo, como el
conocido “putita de verano…” o el el estribillo:
“Señora vecina
su gallo es malero
porque a
mi pollita
le ha abierto el agujero”
y otros que por censura no es
conveniente mencionar.
Si el carnaval comenzaba en la
chacra, ahí no más estaba la acequia
para darle un remojón a la vecina aun esta fuera casada, pues el esposo
no se iba a molestar porque este con entusiasmo
haría lo propio con tu hermana o con tu mujer hasta que se formaban las pandillas
de antaño, que junto con los cantos se convertía en una contienda entre varones
y mujeres, cantando y respondiendo, algunas coplas realmente eran improvisadas
al momento, lo que en efecto causaba alegría y risas como:
“Quisiera ser
pajarito
con patitas de algodón
para posarme en tu pecho
y sacarte el
calzón…”.
El carnaval que ya comenzó en la
chacra seguía con la recordada “chaya” que se pronunciaba cuando se mojaba a la pareja o se embadurnaba el rostro con
una tajada de melón o sandia, que por ser en febrero, abundan estos frutos en
las chacras cerca a la playa. Luego avanzaban hacia el pueblo.
Los carnavales duraban tres días
con sus noches principalmente, comenzaba el domingo, y terminaba el
miércoles de ceniza donde la viuda del “ño carnavalon” llegaba a la orilla del
mar cantando: “Carnavalito, carnavalito/
hasta cuando me vas a tener sollozando. La viuda sigue llorando su mala suerte;
y decía tristemente, no sé si te esperare o tal vez no llegare al año entrante”,
o “Carnaval porque tan pronto te vas/ porque no te quedas ocho días más”.
Por la década de 1930 en las noches de carnaval salía disfrazado de
mujer don Enrique Guillen, pintando a quien se le cruzara en el camino; un
verso de Santiago Almonte Valdivia pinta de lo mejor esta escena:
“Y don
Enrique Guillen, era la reina de la jarana
se disfrazaba de gitana, que le
quedaba muy bien
taco aguja y sostén, con cartera y sombrero
recorría el
pueblo entero entre sonrisas y besos
se ganaba los aplausos de todos los
carnavaleros
conformaban la pandilla la “mona” Elsira Carrera
también la Julia Rivera la Fresia y la Julia
Ercilia
también había chiquillas como la “loca” Soledad
jugaban con
ansiedad mojando a los que pasaban
pues a nadie respetaban/ ahí no valía la edad”.
Ahora lo hacen a su manera Carlos Rivera,
Udamar Alvarez, Elena Torres (La
Capacha) y Vilma Gómez, que según referencias es quien tiene mayor repertorio
de coplas de carnaval, y están publicadas en la web de la Revista La Punta.
Ellos nos divierten mucho en esta
fiesta. Pero “mañana” ¿Quienes cumplirán
el rol, de animar las fiestas de carnavales? JULIO VALDIVIA O. y “los cañitas”,
que hoy han organizado “Las pandillas de
carnavales” en Punta de Bombón para cantar y mojar a todos como antes, dicen.
No falto alguna autoridad que por
mantener el orden social del pueblo, suprimió bajo mandato de alcaldía los
carnavales, para tal hecho se hizo una copla: “Vamos a Mollendo/ allá esta
mejor/ no tienen alcalde/ ni gobernador”.
El carnaval es una fiesta social,
popular, donde intervienen todos, y creo que van contra todos, me recuerda una
copla que resume en conclusión esta
diversión: “aunque nos critiquen/ Nada nos importa /Que en el carnaval /Todo se
soporta.”
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