El 26 de junio de 1948
en el diario Noticias se informó sobre el proyecto de construcción de un nuevo
templo en La Punta de Bombón, debido a las averías sufridas en la vieja iglesia
durante un sismo, y que quien lideraría este proyecto sería el reconocido
industrial punteño Tomás Siles Béjar; este dato nos llevó a profundizar sobre
este interesante personaje de destacada labor en el valle de Tambo en el siglo
pasado, quien logró formar una negociación agrícola en Cocachacra que incluía
fábricas y haciendas, una fortuna que volcó en parte en el progreso del valle
de Tambo, y cuya biografía compartimos con nuestros lectores.
LA FAMILIA SILES BEJAR
Tomás Siles Béjar nació en La Punta de Bombón el 20 de setiembre de 1868, según su acta de bautizo; tuvo lugar en la viceparroquia del Carmen de La Pampilla en el valle de Tambo; fue hijo de Belisario Siles Osambel y Justa Béjar Carazas; nieto de Mariano Siles y Melchora Osambel naturales de Oruro – Bolivia. Los abuelos del personaje en estudio fueron comerciantes agrícolas entre el valle de Tambo y el país del altiplano. Con los años la familia Siles se asentó en este valle, primero en el paraje de Las Palmas o La Pampilla y luego en La Punta de Bombón.
Belisario Siles, padre de Tomás, tuvo una finca en el valle de Vítor de 108 topos denominada “La Canoa” y posiblemente en La Punta de Bombón otra con el mismo nombre; también tuvo un fundo de 30 topos en el sector de “El Crucero” en La Punta de Bombón que adquirió en 1860 de Agustín Franco; otro de 10 topos que compró en 1892 de Alejandro Dorich, dueño de la hacienda El Pino; y otro de 5 topos también en El Crucero que compró de Zenobia Chávez. En Mollendo tuvo dos casas, una en la calle Tambo y la otra en Comercio. Belisario Siles falleció el 20 de agosto de 1912 en La Paz, Bolivia y dejó testamento en esa ciudad.
En La Punta de Bombón la familia Siles Béjar tuvieron en una casa de adobe y techo a dos aguas de estilo republicano ubicada en una esquina de la plaza de armas del pueblo que perduró hasta el terremoto de 2001. Tomás Siles Béjar tuvo nueve hermanos: Miguel, Juana Luisa, Hortensia, Honoria, Emilia, Ricardo, Belisario, Natividad y Víctor Manuel.
Tomas Siles, siendo ya un “hombre mayor”, contrajo matrimonio con con la señora Hortensia Béjar, con la cual no logro concebir hijo alguno según la sucesión Intestada que se realizó a su fallecimiento bajo la partida XLIII de Registros Públicos en el año de 1977; sin embargo declaró por herederas a sus hijas naturales reconocidas, quienes fueron: Blanca Rosa Siles Delgado viuda de Romero, Zoila Aurora Siles Álvarez de Rivas, Carmen Leticia Siles Valverde, todas ellas naturales del Valle de Tambo; todas ellas heredaron la fortuna que amasó Tomas Siles, en concurrencia con la cónyuge, Hortensia.
Tomas Siles Bejar. Fuente revista La Punta |
APORTE A LA AGROINDUSTRIA DEL VALLE DE TAMBO
Tomás Siles tuvo dos ingenios: uno de arroz al que denominó “Sansón” y otro de azúcar que le puso por nombre “El duende”. El ingenio arrocero estuvo impulsado por una máquina hidráulica de 20 H.P. y tuvo una capacidad para pilar 95 quintales de este producto en 10 horas; el sistema de esta máquina fue traído de Hamburgo, Alemania; la landa (el espacio para secar el arroz), estaba habilitada para 66 mil quintales. El ingenio azucarero lo instaló en 1826, el que también funcionó con electricidad impulsado por una máquina hidráulica. También fue coopropietario de los ingenios azucareros “San Eduardo” y “La Victoria”.
Al lado de los ingenios “Sansón” y “El Duende”, Tomás Siles, instaló una desmotadora de algodón de variedad Tangüis y del egipcio Metafifi que cultivó en su fundo de Veracruz ubicado al ingreso del pueblo de Cocachacra. La energía para esta desmotadora la obtuvo de las pequeñas hidráulicas de los ingenios. Junto a la desmotadora de algodón Siles también puso una fábrica de hielo que la hacía producir en los meses de verano abasteciendo además a los pueblos vecinos y además una trituradora de granos (maíz) para forraje del ganado vacuno.
Tomás Siles Béjar también fue propietario de los fundos agrícolas “Santo Tomás”, “Santa Justa”, “El Fiscal” y “Ventillata” en el valle de Tambo donde cultivó arroz y caña, productos que procesaba en sus ingenios industriales. Los fundos eran extensos, por ejemplo “El Fiscal” Compendia 340 topos y estuvo situada al comienzo de la hacienda de Chucarapi.
Los ingenios de Tomas Siles contaron con las instalaciones necesarias para la agroindustria de la época como: maestranza (mecánica), talleres de carpintería, tractores, camiones, yuntas (bueyes) y toda clase de ganado. Tuvo a su servicio doscientos trabajadores aproximadamente, entre operarios y maestros, a los que brindó viviendas, educación, salud y recreación. Sin embargo con la reforma agraria del General Juan Velasco Alvarado los ingenios de Tomas Siles Bejar pasaron a ser administrados por la Cooperativa Agraria de Servicios Cocachacra creada el 17 de abril de 1971 para tal fin.
Molino arrocero "Sanson". Fuente revista Cocachacra |
ESTIMADO DE SU
PRODUCCIÓN ANUAL
Un aproximado de la producción anual de la agroindustria de Tomás Siles, según los datos recogidos en el diario El Deber en el año de 1924, es la siguiente.
PRODUCTOS |
CANTIDAD EN QUINTALES |
PRODUCTOS |
CANTIDAD EN KILOS |
Alcohol |
4 000 |
Chancaca |
700 000 |
Azúcar |
10 000 |
Alfeñique |
94 000 |
Latas de agua ardiente |
500 |
Miel |
11 000 |
Arroz |
65 000 |
|
|
UNA CASA HACIENDA
Tomás Siles Béjar construyó en Cocachacra a inicios del siglo XX una hermosa y espaciosa casa de adobes y techo de mojinete (a dos aguas) ovalada con un mirador o glorieta, una huerta con una pequeña pileta y rejas a la "frentera" y contigua a una habitación que funcionó de gabinete o despacho para atender sus negocios pues fue representante del banco Banco Italiano, es esta oficina tenia empleados especializados a cargo de Felipe Delgado, quien se desempeñaba como cajero de la negociación. El área social de la casa de Cocachacra compendia una sala “rocambor” para visitas, un amplio comedor, salón de recibo amoblado, dormitorios y un elegante balcón terraza que rodea toda la casa con pisos lucidos de madera y cemento; en su época se valorizó en 52 mil soles. Actualmente es una de las pocas casas de estilo republicano que aun se conserva en el pueblo de Cocachacra, ha sido declarada monumento histórico en 1984, y es sede de la Junta de Usuarios del Valle de Tambo, la que se encarga de su cuidado y restauración.
Existe una hermosa
fotografía donde se aprecia la construcción de esta casa, la misma que
compartimos en esta revista, el original de esta fotografía se conserva en el
archivo del historiador Eduardo Cerdeña.
Construcción de la casa hacienda de Tomas Siles Bejar |
PROYECCIÓN SOCIAL
Tomas Siles se desempeñó como alcalde de Cocachacra entre 1922 y 1928 impulsó varias obras de desarrollo como la construcción del local del municipio, pavimentación de las calles y aceras del distrito, en algunos casos con su propio dinero. Además donó dos topos de terreno para la construcción del huerto de la escuela pre vocacional rural 963 de La Punta hoy I. E. 40488 Ernesto de Olazával Llosa. Y cuando asumió la presidencia de la Junta constructora del templo donó sesenta mil soles para iniciar las obras y consiguió los planos de la iglesia Corazón de Jesús de La Punta en el Callao cuyo diseño copió totalmente y contrató al ingeniero civil de origen italiano, radicado en Mollendo, Leonardo Gilardi, para dirigir la obra y a Ángel Arteaga Palacios como maestro de obra.
UNA PRODUCCIÓN CINEMATOGRÁFICA
En 1924 Tomas Siles hizo filmar una película sobre el auge de sus haciendas; la cinta fue exhibida en cines de la provincia de Islay, en Arequipa y Lima donde fue admirada y aplaudida. Este dato lo recogimos en el diario El Deber, difundido por el notable periodista arequipeño J. T. Cateriano y Cateriano. Lamentablemente aún no hemos logrado ubicar esta cinta, de conseguirlo sería un importante documento ilustrativo sobre el apogeo agrícola del valle de Tambo.
PREMIOS RECIBIDOS
Tomás Siles Béjar obtuvo 5 trofeos ganados en la Exposición Agropecuaria Internacional realizada por el centenario de Ayacucho y en la república de Bolivia; los trofeos fueron dos medallas de plata y tres de oro por los productos que vendió en los mercados de Puno, Cusco, Arequipa, Lima; Bolivia y Chile.
CONCLUSIÓN
Tomas Siles Bejar se
preocupo por el desarrollo de los pueblos del valle de Tambo pues realizó obra
en el beneficio de estos como afirmamos en este artículo, y también de sus
trabajadores a quienes les ofreció atención de salud, salud y recreación,
entonces estamos convencidos que Tomas Siles Bejar, personaje poco conocido en
las nuevas generaciones, fue un hombre comprometido con su gente y con el valle
de Tambo sin buscar beneficios personales.
ResponderEliminarpág. 10
https://issuu.com/prensaregional/docs/23.10.2016_m/10