domingo, 25 de marzo de 2018

LA OBRA HISTORIOGRÁFICA DE MANUEL DE TORRES MUÑOZ


Continuando con la serie de artículos sobre la provincia de Islay,  es conveniente ahora escribir sobre la obra historiográfica del médico Manuel de Torres Muñoz, que me parce, es más conocido por el nombre del hospital de ESSALUD de Mollendo, que por su trayectoria intelectual.




MANUEL DE  TORRES MUÑOZ

Manuel de Torres Muñoz nació en Andalucía, España, el 31 de mayo de 1913. Se graduó de médico en la Universidad de Madrid en 1935, y llego al Perú en 1949 para luego obtener el título de Médico Cirujano en la Facultad de Medicina  de la Universidad Mayor de San Marcos en julio de 1950, ratificando el mismo que había obtenido en Madrid a los 22 años, y poder ejecutar su profesión en nuestro país.

Ejerció su labor de medico en el viejo hospital “El Carmen” de Mollendo, y en la atención particular, radico en el “Puerto bravo” algo más de 20 años, incursiono en el periodismo y la investigación histórica; fundó y trabajo en las 14 ediciones que tuvo la revista Mollendo, órgano del Centro Cultural Carlos Baca Flor,  entre  1957 y 1969, donde escribió una serie de artículos históricos sobre instituciones y sectores de la actividad Porteña. Nunca ocupo la dirección de la revista, solo fue administrador  de la misma.

Es a raíz de la vinculación que tuvo con el Centro Cultural Baca Flor y la revista que editaron, que Manuel de Torres Muñoz, se intereso por el pasado de nuestra provincia, investigando en las crónicas del periodo colonial y los testimonios de los viajeros que pasaron y describieron nuestra provincia y el desaparecido puerto de Islay, como la célebre Flora Tristán o  el sabio naturalista Antonio Raimondi, afirmamos esto  pues menciona a estos personajes entre las fuentes de consulta, entre otros documentos históricos. 

LOS ARTÍCULOS EN LA REVISTA MOLLENDO

Los artículos de la revista Mollendo son: “Sobre la monografía de Mollendo y la provincia de Islay” (1957); “El ferrocarril. Resurrección de Mollendo” (1958); “Carlos Baca Flor”  (1959); “Crónica del pueblo de Islay”  (1960); “El manantial de La Aguadita”  (1961); “El fuego. Mayor enemigo de Mollendo”  (1962); “Datos para la monografía de Mollendo y la provincia de Islay”  (1963); “El hospital El Carmen de Mollendo”  (1964) “Bosquejo histórico del alumbrado de Mollendo”   (1965) “Mollendo y la guerra con Chile”  (1966) “Nuevamente sobre la monografía de Mollendo y la provincia de Islay”  (1967) “Nuevos aportes a la monografía de la provincia de Islay”  (1968) “El hospital El Carmen de Mollendo” (1969).

LA MONOGRAFÍA DE MOLLENDO Y LA PROVINCIA DE ISLAY

Manuel de Torres Muñoz publico un solo libro;  “Ensayo monográfico sobre Mollendo y la Provincia de Islay”, que es en realidad, al margen de un estudio histórico de la provincia, un ensayo sobre la realidad social, económica y política de  la provincia en 1970, año que se publico el libro, que sin embargo tiene un valido origen y estudio, como veremos a continuación.

El “Ensayo monográfico sobre Mollendo y la Provincia de Islay” fue  auspiciado por el comité Pro-centenario de Mollendo; el antecedente de la publicación de este libro empieza en  mayo de 1970, cuando  a solicitud del alcalde de la provincia de Islay don Manuel de Madalengoitia, un grupo de Mollendinos constituyó el comité Pro-centenario para publicar la monografía y propusieron a Manuel de Torres Muñoz que haga la obra, pues tenía ya avanzado un estudio y que venía publicando en la revista Mollendo del Circulo Cultural Carlos Baca Flor.

La obra está dividida en 6 capítulos, y antecede una breve presentación del recordado profesor  y abogado Isaac Torres Oliva. El primer capítulo trata de la provincia en general desde la época pre-inca, inca, colonia y republica, además de tratar los aspectos de la geografía, política, economía, sectores productivos, salud vivienda, educación, agricultura, ganadería, etc. termina el capitulo con un estudio de los personajes más representativos de la provincia de Islay: Juan Gualberto Valdivia y Carlos Baca Flor.           

El segundo capítulo es un estudio histórico del distrito de Mollendo, pues así titula este; empieza desde los primeros pobladores, yacimientos arqueológicos, el ferrocarril y el surgimiento de Mollendo, los incendios que sufrió este puerto, Mollendo y la Guerra con Chile, la luz eléctrica de Mollendo y termina el capitulo un estudio sobre los cien primeros años de la historia hospitalaria de Mollendo; además analizar la situación política, económica, demográfica , de salud, de educación de Mollendo en el año de la publicación de la obra .    

El tercero, cuarto, quinto y sexto capítulos se refieren a los distrito de  Cocachacra, Punta  de Bombón, Deán Valdivia y Mejía respectivamente; es como en el capítulo sobre Mollendo, un brevísimo estudio  histórico de estos distritos  y un ensayo de la   realidad social, política y económica de los mismos en la década de 1960.

El “Ensayo monográfico sobre Mollendo y la Provincia de Islay” es un libro fundamental y base para una investigación histórica de nuestra provincia, pues a partir de lo publicado en este, empezaron otros estudios y publicaciones  que completaron las falencias que se encuentran al revisar la obra de Manuel de Torres Muñoz, que falleció, en Lima,  en diciembre de 1991, a la edad de 78 años.

sábado, 17 de marzo de 2018

EL DEBER: UN PERIÓDICO CATÓLICO DE AREQUIPA

El diario El Deber empezó a circular el 31 de octubre de 1899 y dejo de existir el 30 de setiembre de 1962; un pequeño aviso en el margen superior izquierdo de la portada de la última edición explica el motivo de su cierre definitivo: “por razones económicas insuperables “El Deber” dejara d[sic] salir a partir del lunes 1º de octubre. Agradecemos al comercio, a la industria, a nuestros suscriptores y lectores, la confianza que nos han dispensado, permitiendo el sostenimiento de esta hoja periodística por más de setenta años”.

MOTIVOS DE FUNDACIÓN

El Deber se fundó gracias a la iniciativa de monseñor José María Carpenter, quien donó una imprenta traída de Estados Unidos para iniciar la edición de este proyecto periodístico, y también de los doctores Mariano y Víctor Andrés Belaunde, Carlos Rubén Polar, Abrahán de Vinatea, Manuel Trinidad Marina, el presbítero Pedro José Neira Balbuena, y de la Unión Católica de Arequipa, institución fundada en nuestra ciudad en 1887, que además tuvo un órgano periodístico denominado “La Patria” de efímera existencia.

La razón de la fundación de esta hoja periodística era porque en esos años el discurso liberal ganaba terreno en la sociedad arequipeña, esto lo confirmó años después un vocero de este diario, el doctor Chocano, “La idea de la fundación de El Deber surgió de la realidad que Arequipa es una ciudad eminentemente católica y que por esa época ciertas doctrinas como el liberalismo cada vez más se propagaban en la ciudad”. Esta afirmación tiene sentido pues en Arequipa por el año de la fundación de El Deber circularon también ediciones periodísticas como El Constitucional”, dirigido por Juan Rosel de corte liberal; “El amigo del pueblo” de carácter político literario a cargo de Ricardo Medina y Belisario Soto; “El Orden”, periódico político que defendía al coronel Morales Bermúdez; “El Constitucional” de corta duración, del 7 de junio al 8 de noviembre de 1890, unos días compitió con El Deber, dirigido por Juan Rosel; “El Hogar” publicación semanal dedicada a las letras, dirigida y fundada por Renato Morales, donde escribían Samuel Velarde y Edilberto Zegarra Ballón, más tarde fundador de El Pueblo; “El Boletín Municipal” del 14 de junio de 1891; “El Cornupedo” del 4 de julio del mismo año, los dos redactados por miembros el club literario de Arequipa. Aunque estos fueron de efímera duración, es importante tomarlos en cuenta porque algunos de estas hojas periodistas fueron de tendencia liberal y creemos que los católicos arequipeños hicieron frente a esta corriente a través de El Deber  que defendía la enseñanza de la iglesia católica y rechazó los ataques contra la misma.


ESTRUCTURA E IMPRENTA

El diario El Deber empezó como un semanario en su primer año, luego paso a ser un vespertino aproximadamente los cinco años y finalmente paso a ser matutino, sin embargo, hubo un periodo en su primera década que tuvo dos ediciones diarias (mañana y tarde).
El Deber empezó a funcionar en un primer momento en la casa del Moral, luego se trasladaron a la plaza 28 de febrero donde actualmente es el museo municipal, y finalmente se ubicaron en la esquina de las calles Santa Marta con Jerusalén, donde actualmente se conoce al edificio con el mismo nombre.

FORMATO Y DIRECTORES

El formato de edición de El Deber fue porte tabloide, con seis columnas. Algunos de sus directores fueron José María Carpenter; Manuel Segundo Ballón, quien fue obispo de Arequipa; Abrahán de Vinatea; Miguel La Rosa; los Monseñor Francisco Rubén Berroa, Erasmo Hinojosa y Juan Gualberto Guevara que luego fue cardenal; el mercedario fray Víctor M. Barriga; y los abogados Arturo Villegas Romero y Eduardo Indacochea Zaraus; estos dos últimos laicos.

Temas que se pueden encontrar en este diario

Es importante destacar que el Mercedario Víctor M. Barriga autor de varios libros donde publico documentos sobre la historia, cuando fue director y después de serlo para El Deber escribió artículos históricos sobre el pasado de nuestra ciudad, existe una relación de sus obras y artículos en El Deber hecho por Luis Valle Goicochea.

En las páginas de El Deber se encuentran un testimonio de la historia de Arequipa de los en los 63 años de su existencia, hechos como el ascenso al volcán Misti  por el obispo Manuel Segundo Ballón en 1900; Inauguración de obras públicas como el hospital  Goyeneche (1912), los hospitales Obrero  y Del Empleado, hoy ESSALUD; el Colegio Independencia y la Facultad de Letras de la UNSA; además de  sucesos penosos como el incremento del caudal del rio Sabandia en 1926  donde murieron varios arequipeños; los terremotos de 1958 y 1960; incendios en la ciudad de Arequipa y accidentes automovilísticos. También se encuentra ediciones especiales de varias páginas en El Deber hechas en acontecimientos importantes como  las Bodas de plata de este periódico en 1915 donde se rescató o se volvió a publicar la primera  edición; el centenario de la independencia del Perú, la celebración de los cuatrocientos años de la fundación de Arequipa en 1940, las Bodas de Diamante y de Oro donde se escribió la historia de este periódico; además por la ferias ganaderas u otros acontecimientos.    
      
Al cerrar El Deber, su imprenta la adquirió el historiador Artemio Peraltilla Díaz para abrir su editorial “Imprenta El Sol”. 

sábado, 10 de marzo de 2018

ALEJANDRO DORICH. UN ESPAÑOL EN EL PUERTO DE MOLLENDO Y EL VALLE DE TAMBO

Comúnmente en la población de un puerto habitaban gentes de diversas nacionalidades que fomentaban la economía a través del comercio. Tal es el caso del español Alejandro Dorich quien se afinco en el desaparecido puerto de Islay en un primer momento, y luego en el naciente Mollendo. Conocer a este personaje nos ayudara también saber sobre la vida económica y social, en los inicios del puerto de Mollendo.

EL PERSONAJE Y SU FAMILIA

Alejandro Dorich Recasens nació en la provincia de Canarias - España, y se afinco en el viejo puerto de Islay desde 1856 aproximadamente. Se caso con María Santos Meneses Pino el 24 de julio de 1859 en la Viceparroquia de Nuestra Señora del Carmen del puerto de Santa Rosa de Islay. María Santos fue hermana del notable abogado arequipeño Dr. Andrés Meneses, fundador del Colegio de Abogados de Arequipa, y con Alejandro tuvieron negocios rentables, como luego veremos.

Alejandro Dorich y María Meneses formaron una familia numerosa con doce hijos: Ramón, Carmen Victoria, Alejandro, María Jesús, Mariano Tomas, Sofía Simona, María Santos, Carlos Tomas, Luis Ángel, Elena, Julia Raquel y Francisca Natalia Dorich Meneses; de los cuales le sobrevivieron nueve, según su testamento.

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Dibujo del poeta Rafael Mendez Dorich
Crédito: www.elbbdordelanoche.blogspot.com
Las hijas de Alejandro Dorich: Carmen Victoria contrajo matrimonio con Clímaco Gómez Valdez y radicaron en Paris; María Jesús se casó con Alejandro Méndez López cuyo hijo fue el destacado poeta Rafael Mendez Dorich; Sofía Simona con Carlos Benavides; María Santos con Ignacio Riglos San Martin;  Francisca Natalia con Adolfo Saenz; y Elena Dorich Meneses  contrajo matrimonio con José María Rey de Castro Ruiz de Somocurcio.

Los hijos de Alejandro  Ramón,  Alejandro, Mariano y Carlos Dorich Meneses murieron solteros; sin embargo, el otro hijo de Alejandro, Luis Ángel Dorich Meneses, casó con Manuela Torres Valderrama, natural de Mollendo, estableciéndose en  este puerto manteniendo la casa comercial que fundó Alejandro Dorich.

PRESENCIA EN MOLLENDO

Casi nada se conoce de la actividad económica de Alejandro en el puerto de Islay, sin embargo, aparece comprando una casa en Mollendo el 1 de julio de 1887, los años iniciales de este puerto; esta casa la adquirió de los hermanos Juan y Encarnación Rondón.  No obstante, en su testamento Alejandro menciona otra casa, ubicada en la calle Mercaderes 115 en el mismo puerto, la que habito hasta su muerte. Esta casa de la calle Mercaderes en Mollendo fue adquirida en compensación con el Fisco por otra de mayores dimensiones que su esposa tuvo en el desaparecido puerto de Islay; esto significa, que al clausurarse el viejo Islay, sus pobladores fueron beneficiados con terréennos para construir casas en Mollendo, según el plano elaborado por el ingeniero Thorndike.

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Fotografía de la casa de tres pisos de Alejandro Dorich en la plaza
Bolognesi en Mollendo
En su testamento Alejandro Dorich también menciona otra casa de tres pisos situada en la plaza Bolognesi del puerto de Mollendo la que arrendo por varios años a la agencia de vapores “Yng Cesa y Sid”; dice Alejandro en su testamento que esta fue construida por él en un terreno que compro de don Félix Mariscal; aun existe parte de este edificio  en la plaza mencionada.

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En 1888 constituyó en sociedad con los señores “Speede e hijos” una casa comercial en Mollendo, según escritura ante el notario Fernando Calderón de este puerto. También compro un buque en compañía de su cuñado al que nombraron “Andrés Meneses”; sin embargo a consecuencia de la guerra con Chile se le cambio de bandera y nombre para hacerlo pasar por extranjero.  Posteriormente este buque lo vendió a don Agustin Luinas y Cia.  

Estableció, también en Mollendo, una librería llamada “Minerva”, la que vendió antes de su muerte a don Ramón Albareda, en la cantidad de siete mil soles.

Con el comerciante Víctor Mac Kord formo una empresa para cargar y descargar los buques que llegaban al puerto de Mollendo, para cual introdujo como parte de su capital doce lanchas y el señor Mac Kord su industria. Esta sociedad trabajo con los buques que llegaban consignados a la empresa de los ferrocarriles, según  testamento de Dorich.

Aseguro su comercio en la compañía de seguros de Nueva York denominada “La Equilativa”  por la cantidad de 10 mil pesos oro americano desde 1890.

 Hasta su muerte Alejandro Dorich llevo un juicio con el Estado Chileno por los daños y destrozos que ocasionaron las tropas del ejército del país vecino   cuando invadieron e incendiaron Mollendo en 1880, dice en su testamento “En cuyo incendio se destruyeron las casas y almacenes  que entonces tenía de mi propiedad, que con este motivo tengo una reclamación ante el gobierno chileno por 1.200 soles que valían mis propiedades incendiadas, cuya reclamación se encuentra en estado favorable…”.
 
PRESENCIA EN EL VALLE DE TAMBO

La presencia de Alejandro Dorich en el valle de Tambo, específicamente en Punta de Bombón, empieza con la adquisición de la  hacienda “El Pino” el 12 de diciembre de 1891; esta hacienda la compro de la señora Natalia García Vda. de Castresana. En la escritura de venta de la hacienda “El Pino” no específica la cantidad de tierras que la conforma, sin embargo menciona los linderos, posiblemente porque aun las tierras de esta eran eriazas. La cantidad de la venta fue de veinticinco mil soles en moneda nacional de plata sellada corriente.

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Restos de la hacienda El Pino en el valle de Tambo
Al momento de la venta, según la escritura, se partieron por mitad la miel  producida hasta la fecha de misma, entre los “Piqueros” que eran los trabajadores de la hacienda  y Alejandro Dorich; así lo dispuso la señora Castresana.
Alejandro Dorich extendió la hacienda, aparentemente hacia el rio Tambo, comprando ciento seis topos terrenos eriazos, el 28 de setiembre de 1892, de los hermanos Jose, Benjamín, Manuel y Fortunata Torres Ampuero, nietos de Agustín Torres, quien en época colonial la intendencia de Arequipa adjudico a este las tierras de la margen izquierda del rio tambo y próximos al mar.  Los linderos de las tierras que compro Dorich eran: “por la cabecera con tierras del comprador señor Dorich, por el pie con el rio, por el costado de arriba con tierras de doña Juana Álvarez de Calderón y por el otro de abajo con la hacienda del doctor don Jose  Domingo Montesinos…”; estas tierras las anexo Dorich a la hacienda El Pino, volviéndolas productivas. Testimonio de estas es el actual fundo agrícola “Pino bajo”Luego de fallecer Alejandro Dorich,  sus herederos alquilaron la hacienda “El Pino” el 11 de julio de 894, al comerciante Víctor Mac Kord por nueve años; para entonces esta tenía un trapiche, oficinas, animales, herramientas, todo eso alquilaron incluso los terrenos blancos y de pan sembrar, montes y demás; según la escritura de arriendo.   Luego esta hacienda fue vendida a los hermanos Manuel y José Arispe Landa, finalmente el primero quedo absoluto de esta hacienda.