El 12 de noviembre de 1740 el obispo de la Diócesis de Arequipa doctor Juan Cavero de Toledo creó el curato o parroquia de Tambo bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción designando como primer presbítero y juez eclesiástico del curato de Tambo al licenciado Francisco de Villegas (ARENAS. 2003, 7); quien debió viajar hasta el valle de Tambo para tomar posesión del cargo y construir la capilla de este curato.
La capilla que construyó el
presbítero Villegas la hizo en una pequeña “pampa” del valle de Tambo
denominada Cocachacra para que estuviera protegida de los embates del rio
Tambo. Esa capilla fue de poca solidez con paredes de tierra y paja, donde celebró
la primera misa en el valle un 5 de diciembre de 1740. Alrededor de 1750 la
capilla en mención estaba en escombros y la misa se celebraba en una ramada;
para 1754 fue reconstruida con paredes nuevas, más altas y blanqueadas, sus
nuevos tres alatares estaban pintados y adornados de arriba abajo con imágenes
devotas (Arenas, Ibíd.). La población que vivía dispersa a lo largo del valle
de Tambo, fueron migrando poco a poco hacia la capilla dando la formación del
pueblo de Tambo, como se llamó en un primer momento, ahora conocido como
Cocachacra.
Esa antigua capilla no era un
lugar seguro para guardar los libros parroquiales, ornamentos y otros objetos porque
abundaban pericotes, ratones, ratas y otras sabandijas, que destruían todo. El
cura Pablo Gonzales guardó todo en su casa, pero ésta se incendió el 14 de
marzo de 1756 y con ella se perdieron los primeros libros de bautismos,
matrimonio y defunciones. (Arenas, Ibíd.).
Entonces en 1777 los presbíteros
Domingo Pacheco y Tadeo de la Llosa y Zegarra iniciaron la construcción de una nueva
iglesia, poniendo gran parte de su patrimonio personal, terminándola en 1782,
como consta en una de las torres.
La nueva iglesia fue construida
con gruesas paredes de adobe que sostienen el techo de quincha sobre tijerales
de madera a dos aguas; por otro lado, el frontis con dos torres y la imagen de
Nuestra Señora de la Asunta en un pináculo central fue hecho de sillar extraído
de una cantera de la quebrada de Linga que desemboca en Cocotea (valle arriba),
como también la sacristía y el piso. Tadeo de la Llosa aparte de construir la
iglesia, también trazó la plaza principal, las calles y casas de alrededores, así lo mencionó el intendente de Arequipa Antonio Álvarez
y Jiménez quien visito el valle de Tambo en 1782 “este
pueblo cuya formación es reciente, solo es reducida a una calle, en algún orden
y sus viviendas de poca duración y entidad porque reducida a una armazón de
madera cubierta o forrada con cestones les dura lo propio se les acaba, a
acepción de las casas y tiendas que circulan la plaza que son de adobe y debidas
según informes al estímulo y esfuerzo del anterior cura don Tadeo de la Llosa” (Barriga,
1946, T II, p.248).
Para conocer la historia y
arquitectura de esta iglesia, que es la única con frontis de sillar en la costa
del Perú, es importante revisar los inventarios y documentos que
hacen mención a su estructura desde su origen en 1782.
DESCRIPCIÓN DE LA IGLESIA EN EL INVENTARIO DE 1788
Una de las primeras descripciones
que encontramos sobre esta iglesia está en el inventario del 10 de diciembre de
1788 realizado por el presbítero licenciado Pedro Nolasco Herrera a pedido del
cura Tadeo de la Llosa, la referencia a la iglesia en mencionado inventario es
la siguiente: “El cuerpo de la Iglesia es
de paredes de adobes, la portada principal es de calicanto y las dos torres del
mismo material. El Baustisterio. Una pieza pequeña, paredes de adobe, puerta de
sauce, cerrojo, chapa y llave de fierro. Una pila bautismal de piedra de cal y
canto con su tapa de palo apolillado. Un pitchel de estaño grande para guardar
el agua consagrada para los bautismos. Tres crimeras (vaso donde se guarda
el crisma) de plata con sus tapas. – El
Altar Mayor. Cuatro retablos, el mayor de madera de roble, olivo y alerce, de
dos cuerpos con su sagrario dorado, tres puertas, dos gradillas de alerce de
olivo con su candilaje de bronce. Peana (base) de altar de cal y canto con sus dos alacenas. Un sagrario forrado en
plata, con un copón de plata, la copa dorada con su tapón. Un santo Cristo de
bronce. Una custodia de plata dorada con sus vidrieras y ara (altar) pequeña y
corporal. Altares de San José, Cristo y del Rosario con todas sus aditamentos y
adornos. Cuatro frontales, uno en cada altar. – Imágenes Nuestra Señora de la
Asunta, Santa Gertrudis, San Antonio y San Isidro, con sus correspondientes
adornos y alhajas” (AAA. 1788).
DESCRIPCIÓN DE LA IGLESIA EN EL INVENTARIO DE 1791
En el 20 de agosto de 1791
realizado también por el presbítero Pedro Nolasco Herrera respecto a la iglesia
escribió lo siguiente “Dos gradillas de
la pila bautismal con su taza de dos gradas de calicanto, tapa de palo huarango
y cerradura de fierro con armellas, bisagras y tornillos. La otra mitad del
enlozado de la Iglesia con sus asientos de calicanto. Las dos medias naranjas
de las torres con sus pirámides y una cruz de piedra, que están en el ático de
la portada. Una pieza de adobes con su techo de madera y matara, con torta de
barro encima, paredes blanqueadas por dentro, sus puertas de tablas de Chile,
chapa y llave de fierro. Sirve como capilla de caridad. Ornamentos. Un salero
de plata en la pila bautismal, el segundo cuerpo del retablo del santo Cristo,
la tapa del arco del medio. Dos campanas, una chica y una grande” (AAA,
1791).
El cuerpo de la Iglesia es de
paredes de adobes, la portada principal es de calicanto y las dos torres del
mismo material donde la Virgen de Asunta, que está labrada en sillar en la
parte superior de la puerta principal, contempla desde ahí majestuosamente a su
querido valle de Tambo.
DESCRIPCIÓN DE LA IGLESIA EN LA VISITA DEL INTENDENTE ÁLVAREZ Y XIMENES EN 1792
El intendente de Arequipa, don
Antonio Álvarez y Jiménez, visitó el valle de Tambo en 1792 y estando en
Cocachacra realizo una descripción de la Iglesia del Curato de Nuestra Señora
de la Asunción del Valle de Tambo: “La
fábrica y con sus puertas y ventanas de cal y piedra blanca de regular
hermosura y dos torres del mismo material que concurren en no poca parte a su
buen prospecto, siendo su cubierta o techo toda de tablazón que llaman de
Chile. El sobre techo tejido de caña que produce este valle, con su argamasa
encima que lo defiende de todo temporal, especialmente del sol y aguas, aunque
por lo regular no son excesivas y continuadas. El piso o solado de la misma
Iglesia es de piedra blanca sólida que a más de concurrir a su aseo le hacen
hermosura, como también los asientos que le circundan y suplen los que podrían
hacerse de madera que no se encuentra sino a mucho gusto. Tiene una pieza de
baptisterio con la misma prolijidad y decencia, igualmente la sacristía con sus
alacenas y mesas de cajones respectivos” (Barriga, l946 II: 279).
LA DESCRIPCIÓN DE LA
ARQUITECTURA DE LA IGLESIA POR CESAR COLOMA
Como sabemos la iglesia de Cocachacra
conserva aún la arquitectura original construida por el presbítero Tadeo de la
Llosa en 1782, en parte con sillar labrado, al estilo de las Iglesias de
Arequipa. El historiador Cesar Coloma y Porcari en 1983 la describió así: “Su portada principal da a un espacioso
atrio y es de la misma piedra sillar y de dos cuerpos. Sobre el portón de
ingreso, auténtico y claveteado de hierro, se luce una custodia sujeta por dos
ángeles labrados en piedra. Dos pares de columnas sencillas sobre bases
individuales y a ambos lados del portón, sostienen un entablamento del llano.
Las columnas se repiten en el segundo cuerpo, pero allí son más delicadas y
terminan en arco, flanqueando un nicho grande, con voluminosa repisa labrada
que aloja una imagen tallada en sillar de la Virgen titular. En los
intercolumnios hay inscripciones religiosas. En el de la izquierda está el
monograma de María y en el de la derecha el de José. Tal vez lo más singular de
la portada son sus capiteles de tipo corintio, pero más bien rústicos y muy
arequipeños. Pero los terminales han perdido sus perillones originales. En el
lado izquierdo de la portada principal se lee “Año” y en lado derecho “1782” (COLOMA.
1983).
Las dos torres simétricas de
sillar no labrado a ambos lados de la puerta principal se sientan sobre gruesas
cornisas y tienen coronaciones piramidales; además, tienen un ingreso al
campanario por la parte interior de cada torre con gradas en forma de espiral;
se rematan en cada torre cuatro perillones modestos en cada ángulo.
TORRES Y CAMPANAS DE LA IGLESIA DE COCACHACRA
Las dos torres simétricas de
sillar no labrado a ambos lados de la puerta principal se sientan sobre gruesas
cornisas y tienen coronaciones piramidales; además, tienen un ingreso al
campanario por la parte interior de cada torre con gradas en forma de espiral;
se rematan en cada torre cuatro perillones modestos en cada ángulo.
Colocaron una campana en cada
torre fundida en bronce, la más grande es la más antigua y data de 1790, aún está
en funcionamiento, en ella se lee textualmente en relieve “Mandó hacer esta campana el S. D. Pedro Nolasco de Herrera, siendo
cura. Año 1790”. La otra campana, con 0.84 m de alto y 1.50 m de diámetro, no
está en su torre debido a que se rajo, actualmente se encuentra en el piso
sobre un pedestal construida por don Adrián Gallegos Pacheco y fue colocada el 30
de diciembre de 1973 en una esquina del atrio principal en conmemoración del
centenario de su fundición (Cerdeña, 1973, 1982). En ella se lee una
inscripción en relieve: “A Deboción de
Nuestra Señora de la Asunta me mandó hacer el señor don Agustín Febres Cura
Efectivo de esta parroquia – Francisco Filinichi – Fundidor – 1873”. Esta
campana fue sustituida por otra más pequeña y menos sonora adquirida en 1975
por el cura José Málaga Málaga de la hacienda Buena Vista, Cocotea, de
propiedad de don Antonio Chávez Bedoya (Cerdeña, 1973, 1982a, 1982).
La otra campana, con 0.84 m de
alto y 1.50 m de diámetro, no está en su torre debido a que se rajo, actualmente
se encuentra en el piso sobre un pedestal construida por don Adrián Gallegos
Pacheco y fue colocada el 30 de diciembre de 1973 en una esquina del atrio
principal en conmemoración del centenario de su fundición (Cerdeña, 1973, 1982).
En ella se lee una inscripción en relieve: “A
Deboción de Nuestra Señora de la Asunta me mandó hacer el señor don Agustín Febres
Cura Efectivo de esta parroquia – Francisco Filinichi – Fundidor – 1873”.
Esta campana fue sustituida por otra más pequeña y menos sonora adquirida en
1975 por el cura José Málaga Málaga de la hacienda Buena Vista, Cocotea, de
propiedad de don Antonio Chávez Bedoya (Cerdeña, 1973, 1982a, 1982)
PUERTAS, ALTARES,
PISO Y TECHO
En 1830 se construyó una puerta lateral
a la calle Libertad y se convirtió en el acceso directo para los feligreses. En
su construcción se respetó la arquitectura original siguiendo lineamientos de
la portada principal, la fecha está grabada en la cornisa de sillar de dicha
puerta. Cesar Coloma dijo que la fachada de esta puerta: “está sostenida por dos machones sumamentes gruesos, y tiene otra
portada muy sencilla, compuesta por dos columnas sin capitel que sostienen un
frontón” La puerta principal solo se abre en las festividades, pero en los
primeros años era la única entrada.
El atrio de la Iglesia, que
abarca ambas puertas y la sacristía, está rodeado por una reja de fierro que
fue donada por Pablo Mauro Ramírez en 1925 y construida por los mecánicos
Manuel Ampuero Cerdeña y el argentino Guillermo Páez Céspedes. La mampara de la
puerta de la calle Libertad fue donada por Raimundo Manrique en 1938 y
construida por Eloy Rivera Cerdeña (Cerdeña, 1982).
El piso original de sillar como
menciona el Intendente Álvarez y Jiménez en su visita fueron reemplazados por
madera. El techo sigue siendo de tijerales de madera, ha sido reconstruido
varias veces, el sobre techo es de caña con barro (quincha). La madera para una de sus reconstrucciones del
techo de la Iglesia fue adquirida de Chile en1855 por don Juan Manuel Romaña y
traída en barco hasta el puerto de Islay, pero ante la imposibilidad de
llevarla a Cocachacra a lomo de mula se la reembarcó hasta Catas donde fue
varada y luego conducida con mil penurias a Cocachacra (Cerdeña, 1982).
Se construyó en 1791 un recinto (habitación)
que se extiende hasta el pasaje lateral posterior de la Iglesia colindante con
el baptisterio y la nave del Altar Mayor para la Sala de Caridad, donde albergaba
una Capilla de Caridad para los indigentes
En 1992 este recinto estaba abandonado,
vacío, sin techo, sin puertas y sin acceso. Dentro de la Iglesia y en la pared
colindante con este recinto vacío hubo una puerta pintada que simulaba. Actualmente
el recinto es usado para charlas de catecismo y conferencias religiosas.
En 1830 se construyó una puerta lateral
a la calle Libertad y se convirtió en el acceso directo para los feligreses. En
su construcción se respetó la arquitectura original siguiendo lineamientos de
la portada principal, la fecha está grabada en la cornisa de sillar de dicha
puerta. Cesar Coloma dijo que la fachada de esta puerta: “está sostenida por dos machones sumamentes gruesos, y tiene otra
portada muy sencilla, compuesta por dos columnas sin capitel que sostienen un
frontón” La puerta principal solo se abre en las festividades, pero en los
primeros años era la única entrada.
El atrio de la Iglesia, que
abarca ambas puertas y la sacristía, está rodeado por una reja de fierro que
fue donada por Pablo Mauro Ramírez en 1925 y construida por los mecánicos
Manuel Ampuero Cerdeña y el argentino Guillermo Páez Céspedes. La mampara de la
puerta de la calle Libertad fue donada por Raimundo Manrique en 1938 y
construida por Eloy Rivera Cerdeña (Cerdeña, 1982).
Se construyó en 1791 un recinto (habitación)
que se extiende hasta el pasaje lateral posterior de la Iglesia colindante con
el baptisterio y la nave del Altar Mayor para la Sala de Caridad, donde albergaba
una Capilla de Caridad para los indigentes
MONUMENTO HISTÓRICO NACIONAL
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de el 30 de junio de 1986 fue declarada Monumento Histórico de la Nación por Resolución N° 329-86-ED del Ministerio de Educación.
Felicitaciones Percy por tan excelente y detallado artículo. Una consulta: En las fotos antiguas se ve que el frontis es enlucido y pintado del mismo color que las partes laterales, a diferencia de las más recientes en que el frontis luce con el sillar caravista. ¿Sabes cuándo se originó este cambio?
ResponderEliminarGracias por tu comentario, la fotografía antigua que muestro la tome del facebook Revista Cocachacra, aparentemente el primer cuerpo de las torres debieron estar pintadas.
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